—Mi Dei...
Se mantuvieron en el abrazo por un tiempo, hasta que el rubio se comenzó a separar y vio al pelirrojo a los ojos.
Sasori no desaprovechó esa oportunidad y junto sus labios con los del rubio. Deidara tardó un poco en corresponderle.
No era un beso lujurioso, era uno que de vez en cuando se necesita, uno lleno de amor y cariño, algo que ambos necesitaban del contrario.
Al separarse, se rieron un poco. En ese momento sólo estaban ellos. Se vieron a los ojos aún sonriendo.
—Ven...— el pelirrojo tomó la mano del chico y lo guió.
Decidieron sentarse bajo la copa de un árbol.
—¿De qué querías hablar?— preguntó con miedo.
—¿Me amas?— preguntó directo.
—¿Qué?— no supo que decirle
—Antes de que te cases quiero saber si alguna vez me amaste...— se quedó en silencio. —¿Lo hiciste?
Se notaba el nerviosismo en sus palabras y eso no pasó desapercibido por el rubio.
Sabía la respuesta pero no quería que se enterará. El miedo lo inundó pero ¿qué tal si lo decía y su vida tendría un final feliz? Podría pasar ¿no?
—Sí, te amo...— soltó de repente. —... Y siempre lo haré...
El pelirrojo le quedó viendo, así como también el rubio lo veía. Sonrió un poco, pero era una sonrisa llena de nostalgia.
—Pero... Sasuke ganó, ¿cierto?
—Si lo ves como un juego...
El rubio se acercó a Sasori y le dio un pequeño beso en sus labios. Se levantó de donde estaba sentado y bajó la mirada para ver al pelirrojo.
—Si lo ves como un juego, sí, es probable que Sasuke haya ganado...— tomó un poco de aire y con ello un poco de valor. —Pero puede que tú todavía ganes... Te espero en la boda...
Se dio la vuelta y se fue de ahí, dejando a Sasori completamente soló.
Al poco tiempo su celular comenzó a sonar y rápidamente contesto.
—¿Diga...?— se levantó del pasto.
—Sasori...
—¿Sakura?— dijo confundido pero asombrado —¿Sucede algo?
—Algo así...— se mantuvo un tiempo en silencio. —Quería ver si puedes ir a la casa de Naru... ¿Puedes?
El pelirrojo se detuvo y se quedó pensando por un tiempo.
—... Mándame la dirección— dijo sin más.
—Gracias...— suspiró aliviada —¿Tienes donde apuntar?
—Sólo dimela...
—Uy... Perdón— quiso sonar ofendida. —A ver es...
>•<
Cuando Deidara salió del pequeño bosque se encontró con Shisui en su auto. Lo había seguido todo este tiempo.
—Vas a llegar tarde a la boda...— dijo en cuanto lo vio.
—¿Tú crees?
—Sube al auto... No queremos que la novia se retrase y el novio de estrese, ¿verdad?
—Sí...
Ambos subieron al auto y Shisui puso en marcha el motor. Ninguno de los dos habló en todo el camino.
Llegar a la ciudad tomaría un poco de tiempo y Deidara lo aprovechó para dormir un poco.
>•<
Perdón por actualizar hasta ahora pero solo en este momento tuve un poco de tiempo.
También disculpen si el capitulo es muy corto tratare de compensar mañana.
L@s quiero
Adiós
