"Problemas"

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—Y ya no sé que hacer, ¿dime algo?

—Te lo dije la ultima vez, habla con él.

—Es un tema delicado. No puedo llegar y decirle "oye, quiero hijos, levantate y hay que ir a adoptar".

—Esa es la peor forma, de decir algo, que he escuchado— el rubio negó con la cabeza, como si con ello dijera "yo nunca lo diría así".

—Pero él me diría algo así como "idiota..."— vio al rubio y luego vio su taza de café. —Sabemos como es-ttebayo.

—Bueno, pero yo no creo que te responda así— tomó un sorbo de su taza y vio la hora. —Yo sugiero que le digas, sólo así tus dudas se aclararan. 

—¿Y si me deja y se va con la primera que encuentre?— dijo dramático.

—O por el primero— murmuró Deidara, esperando que el mayor no lo escuchara.

—¿Crees que me deje por otro chico?

—No, no creo.

—Ah...— suspiró con pesadez. —¿Sasori y tú no piensan tener hijos?— preguntó de repente.

—Todavía no. Aun es muy pronto— tomó el último sorbo. —Aunque la verdad no hemos hablado de ese temapensó.

—Vaya. Yo todavía ni me caso con él y ya quiero hijos— rió.

—Bueno, Naruto, me tengo que ir. Nos vemos otro día, ¿de acuerdo?

—Vale.

El menor se levantó de su asiento, guardó su móvil y sacó dinero para pagar su orden.

—Sabes que no es necesario que pagues lo tuyo, ¿cierto?

—Lo sé, pero quiero hacerlo, a pesar de que siempre me lo devuelvas— Deidara se dio la vuelta dispuesto a irse, pero antes de hacerlo, se giro hacia el mayor. —Habla con Sasuke. Aunque no estén casados, supongo que pueden adoptar— giró y salió por la pequeña puerta.

El rubio se quedó ahí sentado, razonando todo lo hablado con el menor.

—Supongo que tienes razón— susurró. Sacó su billetera y pagó las ordenes de los dos. Tomó el dinero de Deidara y lo guardó. —Luego lo esconderé en un regalo— pensó.

Salió de la cafetería y fue hacia la empresa de su padre. En cuanto llegó al edificio; entró y se dirigió al elevador, presionó el botón con el número de piso indicado.

Al llegar al piso, fue directamente a la oficina del mayor. Tocó la puerta y esperó que el "pase" se escuchara. Unos momentos después, la palabra se escuchó y abrió la puerta.

—Hola papá. Buen día, Sr. Fugaku— dijo el rubio cerrando la puerta tras de él.

—Hola, Naru— habló su padre desde su escritorio, el cual estaba cubierto de papeles.

—Hola, Naruto— el azabache se encontraba en uno de los sillones, tomando un café. 

—¿Qué hacen?— se dirigió hacia un sillón y tomó asiento.

—Estoy supervisando que tu padre haga su trabajo.

—¿No has hecho tu trabajo? ¿En serio?— miró hacia su padre y este le sonrió excusándose. —No tienes remedio. Gracias Sr. Fugaku.

—Naru, ¿por qué no vas a ver a Sasuke?

—Claro...— se levantó y se acercó a la puerta.

—Sasuke esta con su madre. Así que ve directo a la mansión— habló el azabache.

—Ah, sí. Gracias— se giró hacia los mayores. —Me retiro— abrió la puerta y salió.

—¿Por qué mejor no se casan primero?

—Por eso lo mande con él, para que hablen sobre lo que quieren en su futuro— el rubio vio hacia la puerta. —Tiene miedo.

>•<

El rubio llegó a la residencia y tocó el timbre. A los instantes le abrió la puerta Izumi, quien al abrir lo vio con cierta sorpresa.

—Hola, Izumi— Naruto le sonrió, a pesar de que sabia que no le agradaba a la castaña.

—Pasa— fue lo único que dijo para después darse vuelta.

El chico entró y cerró la puerta. Se adentró aun más a la casa y se encontró con Izumi sola en la sala. En la cocina y en uno de las habitaciones se escuchaban voces.

—Sasuke esta en la cocina— dijo la castaña mientras comía una gran cucharada de helado.

—Gracias...— se fue hacia la cocina y, era cierto, Sasuke estaba ahí, cocinando junto a su madre.

La azabache giró y vio al rubio asomándose, le sonrió tiernamente y se giró a decirle algo a su hijo. Después se dirigió hacia donde el menor.

—Hola, Naruto— le saludó la Uchiha.

—Hola, Sra. Mikoto.

—Pasa, yo en un momento regreso, iré por algunas cosas al supermercado— fue hacia la sala y tomó su bolso. —¿Vienes, Izumi?—

—De acuerdo.— la chica se levantó y ambas salieron.

Naruto se adentró a la cocina y se quedó observando al azabache, este aun se encontraba de espaldas a él.

—¿Qué sucede?— dijo, con su típico tono frío.

—¿Eh?

—Siempre que vienes estas hablando hasta por los codos. Es extraño que no lo hagas, así que ¿qué sucede?

—Bueno, es que...

El silencio reino en la cocina; el chico no sabía con que palabras iniciar la conversación.

El azabache tomó una toalla de cocina y se limpió las manos. Se iba a dar vuelta para ver al rubio, quien no se dignaba a hablar.

Sus acciones se vieron canceladas cuando unos brazos le llegaron por atrás y le abrazaron de la cintura.

—Naru, ¿qué sucede?— el azabache sintió la mejilla del Uzumaki en su espalda. —¿Paso algo malo?

—Quiero tener un hijo.

No Te Vayas!!- Sasunaru  2°Temporada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora