Sasori y Deidara vieron hacia la dirección por donde se había ido el azabache.
Las personas comenzaron a levantarse de sus asientos y veían con cierto desprecio al rubio.
Deidara comenzó a sentirse algo incomodó y el pelirrojo lo notó; lo tomó del brazo y lo llevó lejos de todos los invitados.
Cuando supusieron que estaban lo suficientemente apartados, comenzaron a hablar.
—Ahora los Uchihas tendrán una mala reputación...— se sintió culpable.
—No creo que les importe mucho como los ven la sociedad...— le restó importancia.
—¿Como puedes decir eso?— se alteró. —Son Uchihas... Les importa mucho.
—Hahaha...— comenzó a reír. —¿No haz visto cuantas cosas han hecho?— se quedó en silencio. —Y aun así son felices ¿no?
—Supongo que sí...
—Mira... El señor Fugaku dejó a su esposa por otra persona que es un hombre... Y dueño de una gran empresa— recordó cuando llegó hace apenas unas horas a la casa del rubio. —Su hijo mayor se casó con la persona que amaba y no le importó el género y el menor de sus hijos... Esta teniendo un tipo de amor que es fácil pero a la vez difícil.
Ambos se mantuvieron en silencio. Simplemente Deidara recordaba todos los momentos en que los Uchihas aparecieron en la primera plana del periódico.
Primero anunciando que el heredero de la gran empresa era homosexual, o como la gente lo llamaba, "gay"; después cuando se anuncio que el dueño de la empresa Uchiha y el de la empresa Namikaze estaban en una relación. Así que... ¿A los Uchihas nunca les importó la reputación que tenían?
—Si ellos son felices... Podrán callar al mundo— dijo con una sonrisa sincera el pelirrojo.
—Supongo que sí...— hizo una sonrisa.
>•<
—Esto es extraño...— dijo algo incomodó el rubio.
—¿Por qué...?— el pelirrojo lo abrazo más fuerte.
—Somos amigos y somos muy cercanos...— se quedó en silencio viendo al que estaba acostado sobre sus piernas y lo abrazaba por su cintura. —¿Es normal...?
—Dei...— el pelirrojo se levantó y se sentó sobre las piernas del rubio —Ni tú, ni yo, somos normales...— dijo a muy corta distancia de la cara de Deidara.
—S-sí pero...— el rubio estaba sonrojado hasta las orejas.
Sasori volvió a la posición en la que estaba y nuevamente abrazó al rubio.
—Ahora... Dejame dormir— sonrió sincero.
>•<
—¿Somos amigos cercanos?— soltó de repente el rubio.
—Yo prefiero que seamos mas que amigos cercanos...— se acercó al contrario.
—Entonces... Los dos pensamos lo mismo.
Ambos sonrieron para después cortar la poca distancia que había entre ellos y poder darse un casto beso.
Al separarse y juntar sus miradas, ambos sonrieron.
—Ahora... ¿quieres ir a casa?— preguntó Sasori.
—Quiero esperar a Naruto y Sasuke...
—De acuerdo.
