Después de dos años de aquel aviso, pudo conocer mejor a Shisui.
Comenzó a odiarlo al verlo con Itachi, pero si le hacía algo, probablemente, Itachi la odiaría y se rompería su amistad.
Una tarde, mientras Izumi se dirigía a su casa después de la escuela, pudo ver algunos camiones de bomberos ir hacia la dirección que ella iba.
Corrió lo más rápido que pudo y cuando llegó, vio algo horrible... Su casa estaba cubierta de llamas y a sus padres no los encontraba.
A los pocos minutos de que los bomberos habían llegado, ahora llegaban Fugaku y Mikoto.
Buscaban a Izumi entre toda la gente, ella estaba sentada bajo la sombra de un árbol, pensando en aquello que muchas personas decían: "Probablemente no salieron y murieron", a eso le temía.
Cuando los dos Uchihas la encontraron, la convencieron de irse por un momento con ellos.
Al pasar frente a lo que era la casa, esta ya estaba apagada y pudieron ver como los bomberos sacaban dos cuerpos, haciendo que la castaña palideciera y los azabaches trataron de llevársela lo más rápido posible.
—¡No! ¡Mis padres! ¡Dejenme...! ¡Mis padres! ¡No! ¡No!— decía la castaña mientras trataba de liberarse del agarre del mayor.
—I-izumi... Tranquila— trataba de calmarla Mikoto.
Poco a poco la castaña se iba alterando mas hasta que, al final, se desmayó.
La subieron al auto y se fueron directo a su casa.
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Y ahora se encontraban los tres ahí, esperando ese documento para que Izumi pasara a ser su "hija". Al ser Uchihas, no fue mucho problema que le dejaran la custodia.
Después de un tiempo y ya con el documento, regresaron a su casa con la pareja y el pequeño Sasuke con ellos.
—¿Dejaron que se hicieran cargo de Izumi?— preguntó Itachi y el azabache mayor asintió—. Me alegro...
Todos vieron a Sasuke, quien tenía sus ojos rojos e hinchados, que estaba entremedio de la pareja.
—Sasuke... ¿Estás bien?—dijo tratando de acercarse.
—Sí...— susurró y luego se levantó del sofá—. Bienvenida, Izumi... Voy a estar en mi habitación...— se dirigió a las escaleras y las comenzó a subir a paso rápido.
—Luego hablamos...— dijo Shisui hacía el menor
—Sí...— contestó y se pudo escuchar como el menor cerraba su puerta.
—Shisui... ¿Te quedas a cenar?— preguntó la Uchiha con una sonrisa.
—Lo siento Sra. Mikoto, me esperan en mi casa, tal vez otro día— se disculpó
—Vale, vale, pero a la próxima no te escapas, eh...
—Claro que no— dijo con una sonrisa—. Bueno, yo me retiro...
—Te acompaño...— Itachi se levantó de donde estaba y se dirigió hacia la puerta con su novio.
—Tu habitación es la que esta a lado de la de Sasuke, ahorita vamos a dejar tus cosas. Sientate en el sofá mientras hago la cena— le explicó Mikoto.
—Sí...— dijo con su mirada perdida en el pasillo por donde estaba la puerta.
—Luego vendré a hablar con Sasuke...— logró escuchar.
—Gracias por apoyarlo.
—Lo aprecio mucho y no me gusta verlo así.
Izumi dejó de escuchar aquella conversación, quería saber que le decía Itachi.
—Shisui... Te amo— eso rompió el corazón de la castaña.
—Y yo a ti... — le contestó el azabache.
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—Izumi no esta...— dijo Mikoto, llorando.
—¿Qué?— preguntó Itachi sin creerlo.
—Dejo una nota diciendo de que ya no quería vivir con nosotros...—decía mientras lloraba.
—Tranquila Mikoto, la encontraremos— trató de calmarla su esposo.
—Dijo que era por la ustedes son la razón de que tomara esa decisión— vio a sus hijos.
—Pero... ¿Por qué es nuestra culpa?— reclamó Sasuke.
—Dijo que ustedes la trataron mal porque pensaban que era la consentida y ya no soportó eso...
—Pero madre, eso nunca paso— el mayor habló por los dos.
—Eso dice la carta y yo le creo...
—Yo no me voy a quedar aquí escuchando como mi propia madre dice que le cree más a una persona que ni siquiera es su hija— dijo Sasuke, molesto.
—Claro que es mi hija.
—Eso no es cierto, sus padres de ella murieron.
—No...— Mikoto seguía llorando.
—Sasuke, vete a tu habitación— ordenó Fugaku.
—Pero...
—Ahora.
El azabache menor se fue a su habitación casi corriendo, le siguió Itachi y Shisui, y en la sala solo se quedaron Fugaku y Mikoto, esta llorando
Era cierto que los hermanos le tenían cierta envidia a la castaña ya que Mikoto le daba más atención a ella que todavía a sus propios hijos.
Durante tres años, Mikoto no le habló a sus hijos y se la pasaba llorando en su habitación.
Después de dos años, Shisui e Itachi le dijeron a su familia que se casarían. Desde ahí las cosas mejoraron, y ya nadie hablaba sobre aquella castaña de nombre Izumi.
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Nadie hablaba sobre ella, hasta que los hermanos la encontraron en la sala de su casa, con su madre llorando, su padre con el ceño fruncido y el prometido del hermano mayor un poco incomodó por la situación.
—Hola Ita-Ita y Sasu-Sasu.
