Capítulo 24

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Después de estos días fríos y nublados, hoy llueve. Podría ser el día mas deprimente que he visto desde que llegue aquí, es de esos en los que sueles estar todo el día tumbado en la cama disfrutando de películas y de la calidez de una manta, sin embargo, para mi no es así; no cuando tengo trabajo por entregar al profesor Dalton, así que debo sacrificar mi día libre para hacerlo.

La visita de Alexander Malone aún me tiene un poco nerviosa, sigue siendo abrumante pensar en cual sería su reacción si llegará a saber que mi hermano y yo estamos aquí; debería dejar ese asunto por la paz, pero no deja de dar vueltas en mi cabeza una y otra vez. Y entonces para agregar un problema más a mi lista, tengo el pesar que me invade desde ayer en la noche, cuando Zayn escucho que Harry me había besado; ni siquiera me dejo explicarle como es que sucedieron las cosas, como fue que no correspondí a su beso.

Regresé al lugar donde había estado conversando con Harry y entonces sin preámbulos preguntó porqué lo había rechazado esa noche; su mirada era tan intensa y suave a la vez, que negué con la cabeza sin poder responder. Zayn llegó a mi mente en ese instante y me dije a mi misma que no había sido por él, no podía ser por él, ¿o si?   

Y fue ahí cuando Harry Styles me miro tan decepcionado, cansado y se fue.

Incluso hoy en la mañana que lo vi apretó los dientes y me pasó de largo. Sé que está molesto, sé que lo herí una vez más porque lo dejé solo por ir detrás de Zayn, lo dejé justo cuando trataba de decirme lo que sentía por mí. En cambio a Javadd no lo he visto en lo que va del día, tampoco deseo hacerlo porque sé como va a mirarme y detesto cuando me mira de esa manera. La primera vez que lo hizo fue cuando decidí ir a la fiesta de Alexander, lo hizo cuando discutimos en el patio trasero y se fue sin decir ni una palabra, y justo ayer volví a ver esa mirada mientras nos observaba a Harry y a mí, y después cuando me dejo sola en el pasillo.

No quiero que vuelva a mirarme con ese odio impregnado en sus ojos, con la furia que permanece encadenada en ellos esperando el momento para salir; no cuando he encontrado tanta dulzura y paz a través de ellos, cada una de las veces que lo besé y cuando palabras dulces salían de sus labios.

Entonces me doy cuenta que una vez más me encuentro aquí, en este punto donde lo único que invade mi mente es ese chico de ojos cafés.

Lo peor de todo esto es que no puedo demostrar cuan afectada me siento, no cuando nadie tiene la menor idea de lo que sucede. Creo que no hay peor cosa que aparentar que todo está perfecto, cuando en realidad todo va terriblemente mal.

—¿Cómo vas?

Josh toma asiento a mi lado en el sofá y hojea mi trabajo con gesto interesado.

—Ya casi termino. —respondo.

—¿Puedo ayudarte en algo?

Niego con la cabeza y comienzo a ordenar algunos papeles; separo lo que ya he terminado y reviso en mi apunte si me falta algún tema por hacer.

—Hey... —dice Josh en tono bajo y giro la cabeza para mirarlo, repasa mi rostro con su mirada azul y frunce un poco el ceño— ¿sucede algo?

—No. —digo evitando mirarlo a los ojos.

Algo cálido toca mi barbilla y me hace girar la cabeza de nuevo para encontrarme con el rostro claro de mi hermano. Odio mentirle, odio no poder hablar de lo que sucede con él; pero ya son demasiadas las cosas con las que tiene que lidiar como para abrumarlo mas con mis problemas.

—Sé que algo te sucede y es mejor que me lo digas ahora. —dice retirando sus dedos de mi rostro.

—No es nada de lo que debas preocuparte.

BRADFORDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora