"Hanabi, si tú lo perdonas, está bien, no puedo decidir por ti, si lo visitas, de acuerdo, si te envía dinero, no me opongo... Pero si quiere hablar conmigo, se puede ir a la mismísima mierda" – replicó con ira.
Volteó y se fue, dejando a su hermana pequeña tras de sí. Un montón de ojos curiosos las observaban, pero a medida que se alejaba una de la otra, la multitud se fue disipando.
La peliazul tomó su celular. Era sábado, su día libre, pero necesitaba urgentemente una distracción. Marcó un número en su móvil.
– "Hey, ¿Te gustaría tener la tarde libre? Yo te cubro hoy... Maravilloso, estoy ahí en una media hora" – colgó.
Había llamado a uno de sus compañeros, quien gustosamente cedió su turno.
No tenía un solo centavo, no podía tomar taxi, y no podría comer nada hasta llegar a casa. ¡Claro! Suponiendo que en casa hubiera algo, pero sabía perfectamente que no era el caso. Usaría la colación del trabajo; bastaría para sobrevivir al día.
Llegó a la tienda por la parte trasera, se puso su uniforme de repuesto, ese que siempre guardaba en los casilleros, y luego de hacer un par de señas a su compañero, ocupó su lugar.
Pero su día estaba a punto de pasar de mal, a peor.
Hizo ingreso al local una dama alta y delgada, de cabello corto y rosa, y unos ojos color esmeralda resplandecientes; lucía muy elegante y guapa, su figura era bastante delicada, fina y proporcionada, llamaba la atención de todo aquel que la viera. Tanto así, que incluso la peliazul, en su pequeño y simple uniforme de trabajo, se sintió intimidada y disminuida.
Uno de los trabajadores se acercó a ella.
- "Buenas tardes, ¿en qué le puedo ayudar?" – preguntó cordialmente.
Entonces la pelirrosa volteó sonriente hacia él, deslumbrante.
- "Estoy buscando un traje para un evento formal, en talla mediana, ¿podría ver algunas opciones?" – preguntó al chico.
La ojiperla la observaba atentamente; es que una mujer tan guapa no podía ser real. Casi sintiendo la mirada sobre ella, los verdes orbes de la chica miraron por sobre el hombro del joven que la atendía, encontrándose con la peliazul.
Se dirigió hasta ella. ¡Mierda! Seguramente iba a regañarla por mirarla con tanta atención, y ella debería esconder el rabo entre las piernas y lamentar haberlo hecho. Bajó la mirada.
– "Hey chica, ¿podrías ayudarme? Lo siento, pero creo que necesito el toque femenino en esto" – añadió lo último dirigiéndose al joven que le había hablado en primera instancia.
¿Aquella dama de cuento de hadas, quería ser atendida por ella? Mientras salía de su asombro, el chico le hacía una reverencia a la pelirrosa y se hacía a un lado para atender a otro cliente que hacía ingreso al lugar.
– "¿Eh? Claro, ¿qué es lo que necesita?" – preguntó saliendo de su trance.
– "Necesito algo elegante, pero no demasiado aburrido, ¿sabes? Para un chico talla medium... es un poco más alto que yo con mis tacones puestos" – rio divertida al levantar levemente el largo vestido blanco que llevaba, dejando ver sus piernas de porcelana, terminadas en dos altos y delgados tacones negros.
– "Si es así de alto, podría necesitar de una talla large... Con todo respeto, ¿es delgado, o robusto?" – quiso saber, para poder guiarla hasta la zona adecuada.
– "Mmh... no diría que es del todo delgado, pero definitivamente no es robusto... ¿Cómo explicarlo? Es bastante complicado de describir..." – dudaba, pero luego de unos segundos de meditar, chasqueó la lengua y sus ojos brillantes se enfocaron en la ojiperla – "Hey chica, ¿puedes guardar un secreto?" – hizo la última pregunta susurrando cerca de su oído.
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NaruHina "Viviendo con un famoso idiota" - HIATUS
FanfictionHinata Hyuga, 24 años, viviendo bajo el mismo techo que nada más ni nada menos que Naruto Uzumaki, el famoso vocalista de la banda de Rock "Black Label". ¿Cómo sucedió esto? Pero, más importante... ¿Qué va a suceder con ellos? Los personajes per...