Capítulo 12: "Resaca"

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– "No lo pienses mucho" – tras decirlo y dejar confundido al ojiazul, extendió sus brazos hasta rodearle el cuello y lo jaló hasta ella.

Él se inclinó rápidamente, tenía la guardia baja y la acción de la peliazul logró desestabilizarlo.

Segundos después, sintió una suave presión en los labios y una respiración tibia le cosquilleaba bajo la nariz. ¿No lo estaba imaginando? No, ella lo estaba besando, y detenerse no parecía estar en sus planes.

Desde su cuello, las pequeñas manos de la peliazul le recorrieron la nuca hasta enredarse en su cabellera dorada. Con un suave jalón, le inclinó levemente el rostro y logró estar cómoda. Sus labios encajaron a la perfección, y el rubio sintió un escalofrío recorrerle la espalda.

Justo cuando se disponía a tomarla por la cintura, sintió en su labio inferior una suave mordida, y acto seguido la chica se separó de él.

Se peinó el cabello hacia atrás con ayuda de sus manos y luego suspiró hondamente.

– "Esto es... mi forma de compensarte" – balbuceó, con la mirada baja y las mejillas sonrojadas.

La observó, agitado. Aquel cambio tan radical, de dominante a tímida, encendió algo en su interior que estaba seguro no había sentido encenderse antes.

– "Tendré que hacerte favores más seguido" – sonrió, justo después de lamerse los labios.

La chica comenzó a reír y avanzó un par de pasos hacia él. Ella se veía muy segura de sí misma, y aquello le gustaba. Se puso de pie en frente de él, muy, muy cerca de su cuerpo.

– "Permíteme que te explique una cosita" – murmuró, mientras jugueteaba trazando líneas con su dedo índice en el pecho del rubio – "Conmigo no vas a jugar... Y si esas son tus intenciones, entonces déjame decirte que jamás pasarás la primera base" – mientras pronunciaba la última frase, se le acercó al punto en que recargó su cuerpo sobre él.

El rubio se encontraba de espaldas al mueble, y con el torso completamente presionado por ella. Le gustaba el juego. Bajó sus manos hasta la cintura de la chica y la sostuvo firmemente.

– "¿Segura que no quieres jugar un poco?"– le susurró, sin soltarla.

La peliazul extendió los brazos por los costados del torso del rubio y presionó sus pechos contra él. Acto seguido, con sus manos tomó ambos vasos de vidrio que estaban tras el Uzumaki. Esos que él había dejado allí antes de que ella lo besara. Una vez que los alcanzó, se retiró levemente, despegando su torso de él, pero manteniéndose aferrada a su cadera.

– "Me lo voy a pensar" – murmura, y se gira lentamente, dándole la espalda y separándose levemente de él.

Comenzaron a beber en silencio. No necesitaban palabras, si ambos estaban devorándose con la mirada. Tras la primera copa el rubio decidió romper el silencio.

– "¿Qué tal un juego?" – murmuró, y ante la ceja en alto de la peliazul, decidió añadir – "Dijiste que lo ibas a pensar... ¿No fue tiempo suficiente?".

Ella sonrió y bebió lo último que quedaba de su vaso, para luego dejarlo sobre la mesa.

– "¿En qué clase de juego estás pensando?" – interrogó mientras volvía a llenar el vaso.

El rubio sonrió con autosuficiencia, bebió todo el licor que le quedaba y luego estampó el vaso vacío sobre la mesa. El silencio que extendía por la habitación no hacía más que generar expectación en la ojiperla, quien trataba de adivinar qué estaría tramando el rubio.

NaruHina "Viviendo con un famoso idiota" - HIATUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora