Capítulo 11: "No lo pienses mucho"

620 61 39
                                    


Volvió a rozarle la mejilla, y llevó la mano hasta su nuca. 

¿Qué estaba a punto de hacer? 

Se lamió los labios y observó los de ella con atención. Le estaba dando señales, ¿por qué ella no le detenía? ¿Le estaba dando luz verde?

Tragó saliva y se acercó a ella lentamente, y sin dejar de mirar a esos perlados ojos que le idiotizaban.


Con una mano le sostenía la muñeca, y con la otra, la rodeó por la cintura y la atrajo hacia él, sólo a un par de centímetros para que sus cuerpos se tocaran.

Ella suspiró. ¿De verdad no se iba a negar? 

Teniéndola tan cerca, fue capaz de percibir su perfume. Hipnotizante. 

Cerró los ojos para permitir que aquel aroma lo embriagara.


– "¿N-Naruto?" – la escuchó susurrar su nombre.

Con aquella respuesta se decidió. Iba a besarla y a quitarse de una vez el deseo en su interior, aquel que tenía desde que se quedó a solas con ella por primera vez. Se le acercó lentamente y con los ojos a medio cerrar; no quería perderse ningún detalle de su rostro. La sintió estremecerse y eso le gusto. 

Mas cuando estuvo a punto de tocar sus labios, sintió un suave roce, que luego se intensificó. ¿Ella había dado el primer paso?

– "N-Naruto... ¿estás ebrio?" – preguntó sonrojada, con su dedo índice posado justo en medio de los labios del rubio.

Aquel instante de lucidez lo hizo volver. ¿En qué pensaba? Se retiró levemente hacia atrás y le soltó la muñeca.

– "No, no estoy ebrio" – murmuró sonrojado.

¿Tan difícil era que ella cediera? Justo cuando creía que todas las señales le habían dado pase libre.

La peliazul sonrió y se puso de pie lentamente frente a él.

– "Todos los ebrios dicen eso" – rio, a la vez que avanzó hasta la cocina – "¿Te preparo un café? Te hará sentir mejor".

– "No, gracias" – respondió poniéndose de pie – "Iré a dormir, es tarde... Ya estaré mejor en la mañana" – se despidió, y acto seguido desapareció por el pasillo.



Cerró su puerta cautelosamente y se dejó caer de espaldas en la cama.

– "Soy un grandísimo idiota" – se dijo, mientras usaba su antebrazo para cubrirse los ojos – "¿Estará enojada conmigo? Al menos piensa que estaba ebrio..."

Se quedó así, divagando, cuestionándose por qué había actuado de ese modo. 

¿Por qué iba a besarla? Claro, no podía negar que ella tenía un gran atractivo físico y él era un conquistador. Pero se había resistido bastante. ¿Por qué hoy se había tentado? 

Además, ¿por qué le molestó tanto ver a ese otro tipo tan cerca de Hinata? No lo comprendía. Cosas raras le habían estado sucediendo desde el primer día en que la vio.

Resolvió que lo mejor que podría hacer, era conciliar el sueño y calmar su mente de ese modo. Ya hablaría con ella en la mañana... O quizás no.



En la cocina, la peliazul se encontraba apoyada en el borde del lavaplatos, frente a la ventana. Los brazos le temblaban.

NaruHina "Viviendo con un famoso idiota" - HIATUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora