Capítulo 17: "Fantasías adolescentes"

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– "Te amo" – su mano se le deslizó por entre los dedos como si de una caricia se tratara, y luego cayó sobre la cama sin reacción alguna.

¿Se había dormido justo ahora, o es que siempre estuvo inconsciente?

El corazón le latía desbocado, ¿acaso esta era otra estrategia para tratar de acostarse con ella? Pero si ni siquiera estaba consciente para lograrlo. ¿Qué se supone que significaba?

Salió de la habitación lo más rápido que pudo y cerró la puerta tras de sí, completamente confundida, y por qué no decirlo, algo espantada...



La mañana del nuevo día llegó, y junto a ella, un dolor de cabeza terrible. Tenía los ojos cerrados, y, aun así, sentía que todo a su alrededor daba vueltas. Trató de incorporarse lentamente, pero las náuseas se interponían en su labor.

No, no iba a vomitar. O eso trataba de decirse antes de reconocer en sí mismo el halito alcohólico.

Cuando logró abrir sus ojos y por fin ver con claridad, se descubrió en la habitación. Pero, ¿cómo demonios había llegado ahí? No recordaba nada después de subir al auto con el pelinegro. Descubrió que traía la misma ropa que el día anterior, pero misteriosamente estaba debajo de las sábanas y sin zapatillas. ¿Realmente había logrado hacer todo eso en automático?

Esperaba no haberse topado con Hinata en ese estado, pues realmente su mente estaba reseteada. ¿Y si se la había encontrado? Se creía perfectamente capaz de ser un impudente, sobre todo con alcohol en el cuerpo, de modo que ahora tenía miedo por descubrir qué había sucedido durante la noche.

Se giró en la cama con mucha dificultad, y finalmente apoyó los pies contra el suelo. Recién entonces escuchó un par de sonidos provenientes del pasillo, una especie de golpes, arrastres y dos voces diferentes. Lamentablemente sus sentidos seguían algo turbados.

Se puso de pie afirmándose en la muralla, realizando un esfuerzo sobrehumano por no vaciar el estómago en ese mismo momento. Sacudió la cabeza y salió al pasillo cuando estuvo un poco más despierto y dentro de sí.

Mientras avanzaba, escuchó una voz femenina despidiéndose y luego cerrarse la puerta. Seguramente se trataba de Hinata.

Llegó a la sala de estar y la encontró de espaldas, revisando unos papeles. Con mucha dificultad visualizó una especie de caja gigante; no le puso mucha atención, ya que esta se encontraba cerca de la ventana del balcón, y el exceso de luz le provocaba dolor de cabeza y malestar en la vista.

– "¿Hinata? Buenos días..." – murmuró tras ella, asomándose a ver los papeles que ella sostenía.

– "¡Naruto!" – exclamó sobresaltada al no sentirlo llegar – "Maldita sea, me has asustado. ¿Por qué has salido, así como así? ¡Podrían haberte visto!"

– "¿Verme? ¿De quién hablas?"

– "Vinieron a entregar el maldito sofá, ¡¿Por qué tenías que comprar una cosa tan grande?! Los repartidores se han dejado la vida en esa escalera sólo para lograr subirlo, ¿y para qué? Si ni siquiera logró entrar por la puerta" – se quejó, con los papeles en mano apuntando a la caja.

La observó con más detenimiento, y pues sí, vaya que era una gran caja. La foto de internet lo hacía ver más pequeño, pensó que caería justo bajo el mueble-mesón de la cocina y que quedaría espacio para una pequeña mesita de café, donde seguramente podría poner una lamparilla, o un amplificador de bolsillo, o un equipo de música compacto. Y según calculaba con la vista, aparentemente ocuparía todo el espacio disponible. Nada de mesitas de café, qué triste.

NaruHina "Viviendo con un famoso idiota" - HIATUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora