Capítulo 10: "Mirada insistente"

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Cuando estaba por salir, se despidió del rubio que se encontraba en la cocina, y se encaminó a la salida. Abrió la puerta y encontró una visita inesperada.

– "¡Vine a verte! ¿Tienes tiempo para charlar?"


Se quedó estática en el umbral de la puerta. ¿Qué se supone que debía hacer? No podía invitarle a pasar, el rubio estaba dentro y podía descubrirlo. Si eso sucedía, todo se arruinaba.

Fallaría en su misión a pocos días de comenzarla.


– "¡Ino! Qué sorpresa... ¿Qué haces aquí?" – interrogó, aún de pie en la salida.

– "Pues vine a verte... La última vez que hablamos, acordamos que había mucho que contarnos... ¡Vine a charlar para ponernos al día!" – exclamó la rubia, animada.


¿Qué haría para salir de esta? El rubio se mantenía silencioso en la cocina, oculto lo mejor que podía. Sin embargo, no podía moverse de allí. No tenía la certeza de si las tablas bajo sus pies rechinarían o no.

La peliazul se puso nerviosa. Debía pensar en algo rápido, para sacar a Ino de allí y que no hiciera preguntas.

– "¿Te parece si charlamos de camino a mi trabajo? Tengo muchas cosas importantes que hacer, y a decir verdad me da algo de terror ir sola... ¿Me acompañarías?" – le dijo poniendo un pie en el exterior, haciéndola retroceder.

– "¿Terror? Esa no es la Hinata que yo conozco... ¿Te hizo algo Ibiki?" – realizó la última pregunta cruzándose de brazos.

– "Me despidió y ahora debo ir a verlo... ¿Puedo contarte los detalles de camino?"

Lo último que escuchó el rubio fue un chillido de sorpresa por parte de la visita inesperada, y luego la puerta cerrarse. Los pasos comenzaban a alejarse por el pasillo, y él se asomó sigilosamente por la ventana. Deslizó levemente la cortina hacia un lado y uno de sus ojos fue capaz de contemplar el exterior. Ambas chicas ya caminaban lejos, en dirección a la avenida Wittersheim.

Suspiró hondamente y se relajó. Luego tomó su celular y le marcó al azabache, invitándolo a pasar el rato juntos.


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– "¡No puedo creerlo!" – exclamaba nuevamente.

Iban en un taxi camino al antiguo trabajo de la Hyuga. Ella ya le había contado los pormenores de su despido, el trabajo nuevo y la búsqueda de arrendatario. Obviamente había omitido la parte en que ya había conseguido a un compañero, y que este era nada más ni nada menos que Naruto Uzumaki.


– "Así están las cosas... Debía venir hoy temprano a firmar el papeleo con Ibiki, pero si te soy sincera, lo olvidé por completo... Él llamó y yo solo le inventé que me había retrasado por trámites que tenía debido a mi nuevo trabajo..." – hizo una pausa mientras observaba por la ventana, luego se volteó a su amiga – "¿Sabes? En parte, me alegra ya no estar trabajando para ese hombre machista y anticuado" – sonrió.

– "¡Así se habla! ¿Quieres tomar algo esta noche, para celebrar?" – preguntó la rubia, luego de indicarle al hombre del taxi que se detuviera en la siguiente parada.

– "Te olvidas que hoy en la noche es mi primer día de trabajo" – le sonrió mientras buscaba en su bolso el dinero para el taxi – "No me hagas quedar mal en mi primer día".

NaruHina "Viviendo con un famoso idiota" - HIATUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora