6|Grieta

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Natsu se sentó en la silla, espero cerca de unos minutos y Gajeel entró con Lucy para luego dejarla en la silla.

Lucy lo miro desafiante. Algo en el pelirosa se removio, jamas había visto esa faceta en Lucy. Ella siempre había sido obediente y callada, ahora demostraba con una mirada ser lo contrario.

Carraspeo - Hola Lucy, ¿Como estas? - Pregunto tratando de alivianar la tension entre ella y el.

- ¿Y a ti que te importa? - el tono tosco de Lucy hizo empezar a sudar a Natsu.

- Pues te estamos estudiando, es importante para mi saber como estas. - Su mirada topo con la suya y en un inesperado movimiento la silla en donde Lucy estaba se estampó contra el vidrio el cual no se rompió, pero la silla se destruyó.

- ¡AHHHHHH! - En un ataque de ira, Lucy estampó su puño contra el vidrio logrando trisar la mayor parte de el.

En su lado del vidrio empieza a ser envuelta por una especie de bruma que la deja dormida. Lucy, antes de dormirse le regala una sonrisa cómplice y luego cae al suelo.

Natsu miro la Grieta, y las palabras de la chica de antes se reprodujeron en su cabeza. Lucy lo ayudaba. Lucy los había escuchado.

Unos hombres vestidos de blanco agarraron a Lucy de las extremidades y la arrastraron fuera del cuarto donde probablemente la llevarian a otro lugar.

Natsu sólo miro la grieta. Un pequeño lugar. Un pequeño escape. Pero, ¿Quién me aseguraría que el vidrio seguíria así lo suficiente como para sacar a Lucy de ahí?

Exacto, Nadie.

Con lentitud se levantó de su lugar y tomó la carpeta, camino hacia la salida y salió de ahí.

Tenía que hablar con tu novia.

Se quito la bata y se coloco el saco, camino por los pasillos sintiendo la fija mirada de todos sus compañeros, o más bien, los infiltrados.

Salió lo más rápido que pudo y camino por las calles que aún estaban llenas. La gente le pasaba a llevar el brazo o le evitaba. El departamento que compartía con su novia se alzo sobre sus ojos y sin esperar mucho entró.

Espero el elevador con tranquilidad y luego se adentro en el presionando exactamente el botón cinco, la música típica del elevador de alguna manera lo puso nervioso y apenas las puertas se abrieron el salió.

Su novia seguramente se llevaría un grata sorpresa, el llegando temprano un día de trabajo, ya no tenían tanto tiempo para estar juntos ya que antes trabajaban en el mismo lugar pero con la transferencia los tiempos que compartían se habían limitado considerablemente.

Abrió la puerta en silencio. El conocible sonido de él crujir de la cama lo dejó con fundido. Mié tras más se acercaba a su cuarto empezó a escuchar otras cosas. Peores que un simple crujir de cama.

LH-567Donde viven las historias. Descúbrelo ahora