9| Ven Conmigo.

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Natsu aprecio cada segundo de aquella inolvidable pelea, frente a sus ojos muerte y sangre por todos lados, ahora entendía cuan despiadados habían sido, ya que los vencedores habían sido aún más despiadados.

Lucy salió de una sala con una cabeza colgando de su mano derecha, el director de ellos en su mano. La elevó y todos pegaron un grito de guerra.

Lucy dejó caer la cabeza y Natsu aprecio como su bata blanca estaba pintada de rojo y su rostro tenía unas cuantas gotas de sangre.

La celebración empezó con abrazos y llantos, hermosos reencuentros de hermanos y novios. Pero Lucy estaba en un rincón apartada, apreciando el atardecer frente a sus ojos, disfrutando del olor a pasto cortado y la suave brisa que movia su bata con delicadeza.

Natsu se coloco a su lado, con un nudui en la garganta y bastante nervioso. - Ahora te buscará la policía...

- Lo se.... - Ni lo miro. Jamás habían estado tan cerca, y a Lucy le gustaba su cercanía, el desprendía cierto calor que le reconfortaba por lo que se puso enfrente de él - Dejame tocar tu rostro...

Natsu se sonrojo, no sabía que responder ante esa ¿Petición? ¿Orden? Lucy no espero mucho y subió su mano para tocar los suaves cabellos rosados, luego a sus mejillas, su nariz, sus ojos, sus labios, sus cejas, y luego se alejo. - Tu rostro es real... Eres real.- Sonrio y sigo mirando el atardecer.

- ¿Si?... Soy real... - Hablo algo extrañado.

Un silencio abordó a ellos dos, pero no era incomodo, más bien ambos disfrutaban el silencio del otro.

- Puedes quedarte en mi departamento si quieres, puedes dormir en mi cama y yo duermo en el sofá.. Mientras los otros siguen para poder librarte totalmente tu pasaras desapercibida conmigo... - Natsu tenía las manos en los bolsillos, la brisa movia sus cabellos y el atardecer hacia ver sus ojos Jade más brillantes y hermosos; según Lucy.

Estaba mirandolo sin temer a ser descubierta, Sonrió y luego se estiró - Okey~ - Ella sabía que tenía el tiempo contado, que era cuestión de años o quizás meses para que su cuerpo no soporte su cambio biológico y molecular, pero debía disfrutar y probablemente vivir lo que nunca vivió o podrá vivir.

Tenía los días contados.

Y quizás, Natsu era su única esperanza para poder vivir de verdad.

LH-567Donde viven las historias. Descúbrelo ahora