LH-567

12|Recuerdame.

¿ Por qué hacía tanto frío? No podía moverme. Tenía la punta de mis extremidades entumidas y frías.

Este lugar se me hacía bagamente conocido, su frío y oscuridad era tan familiar que no me causaba terror alguno. ¿Pertenecía a este mundo? ¿A este lugar?

Todos era tan limitado. Sólo escucha los latidos de mi corazón, débiles y pausados. No había tacto. No veia. Todo es tan limitado.

Más no me cansaba de escuchar a mi propio cuerpo. Era fascinante.

Empecé a escuchar más allá, voces débiles y lejanas, pronto estaba consciente del movimiento ajeno a mi oscura realidad.

Pasó un tiempo, me aburria escucharlos y no verlos ¿Quienes eran? ¿Que eran?

Empecé a sentir la sangre circular dentro de mi sintiendo el suave tacto de una tela bajo mi cuerpo. Me removi un poco y pronto abrí los ojos ¿Podía abrirlos?

Pestañeo acostumbrandome a una luz cegadora casi frente a mis ojos. Me muevo en la base blanda en la que estaba tumbada y caigo de ella al irme muy a la orilla.

Me levanto de golpe y miro lo que son mis extremidades, son dedos, miro mis uñas y las modifico a mi gusto, se vuelven filudas y luego se alargan, caen como tela y luego se vuelven dirás como el hierro. Las vuelvo bien la normalidad y miro hacia enfrente.

Camino sintiendo el frío suelo bajo mis pies, me aventuró en el lugar en el que me encontraba. Era una pintoresca casa en las alturas, que raro, yo no viviría en el cielo.

Siento movimiento atrás mio y mis pelos se ponen de punta, junto mis dedos y mis uñas crecen como filosas armas. Me doy vuelta con agilidad y pongo a el personaje misterioso contra la muralla y mis uñas en su cuello.

Lo escucho tragaperras - L-lucy,tranquila....

Lo mire detenidamente ¿A mi me llamaba Lucy?. Su cabello era chistosos, era color rosa y sus ojos eran color Jade. Me acerque sin quitarle las uñas del cuello, cualquier movimiento inflazo sería un muerte muy dolorosa para el.

- ¿Me dices a mi?

-S-si - Lo miro a los ojos, buscan yio indicio de mentira - P-por favor.... Recuerdame..

Su tomo de voz se me hizo familiar, calido. Cerre los ojos tratando de recordarlo más imágenes borrosas se instalaban en mi mente. Poco a poco se hicieron más lúcidas y recordé pequeños fragmentos de lo que recordaba de él.

Quite mis manos de su cuello y me aleje un poco. Los recuerdos volvían mareandome un poco hasta que ya no había nada más que recordar.

Me apoye en la muralla algo desorientada - Lo siento. - Lo mire, el se acerco a mi y me ayudo a mantenerme de pie.

- Tranquila no fue tu culpa... - Me cargo al estilo princesa transmitiendome la calidez de su cuerpo. Disimuladamente me acurruco en el y me dejó llevar.

Lo que más me sorprendió, fue cuando beso mi frente y me estrecho en sus brazos.