ANATOMÍA DE UN ÁNGEL. Destiel ||| WATTYS2019 |||

Capítulo segundo. ➸

Though my eyes could see i still was a blind man — Carey on my wayward son by Kansas

Eramos afortunados de vivir en un pueblo tan pequeño como para poder llegar sin problemas a todas partes caminando.

—¿Adónde vamos, Dean?

—Silencio Sammy, ya casi llegamos.

—No puedo creerlo Dean. ¿CÓMO HICISTE ESTO? jamás pensé que pudieras conseguir entradas para kansas. Y EL DÍA DE TU CUMPLEAÑOS. Esto es genial, gracias gracias gracias.—  Y me abrazó muy fuerte, quise congelar ese momento en que Sam me estaba abrazando en la entrada del concierto de Kansas, [nuestro primer concierto] con el olor a libertad y a sueños, con el sabor a la felicidad y el calor de la plenitud.

—¿falta mucho para que empiece?

—No lo sé Sam. Pero supongo que debería empezar ya.

—La verdad es que aún falta como una hora para que comience.— No me había dado cuenta de que había alguien más a nuestro lado y me sobresalté un poco cuando ese chico habló en un tono de voz bastante más grave de lo que yo estaba acostumbrado, se veía simpático, a pesar de llevar puesta una gabardina beige cubriendo su ropa inmaculadamente negra y algunas manchas de pintura de colores en su rostro.

—¿Cómo lo sabes?— Sentí que iba a morir, suelo olvidar que algunas veces Sam pierde el filtro y agarra mucha confianza con cualquier persona, especialmente los extraños.

El muchacho junto a nosotros se encogió de hombros, restándole importancia al asunto.

—Ya he venido a varios conciertos. Mi nombre es Castiel.

Oh Dios, es Cas. <3

—Me llamo Sam. Y él es mi hermano Dean, está de cumpleaños.

—Hombre, es un gusto. Feliz cumpleaños.

—Gracias, ¿Castiel?

—Síp. Y hoy es tu día de suerte, Dean. Hoy vino el mejor pizzero del condado, ¿y la mejor parte? sus pizzas están en 20 minutos.

Los ojos de Sam se iluminaron con fuerza.

—¿Podemos pedir con extra queso?

—Claro niño, a mi también me gusta con extra queso.— Abrí mis ojos a más no poder.

—Sammy, ya cenamos.

—Lo sé, pero vuelvo a tener hambre, ¿tú no?

—No, además, no tengo más dinero. Y no puedes quitarle su cena a Castiel.

Que aguafiestas.

—Vaya, no me quitará nada Dean. Vamos, pediremos una grande. Yo invito.— La sonrisa de Castiel era demasiado grande, demasiado brillante y demasiado feliz como para negarse. Su expresión me transmitió una seguridad que estaba seguro no había sentido desde que papá murió y no pude evitar sentirme incómodo ante ese sentimiento y al hecho de que un completo extraño era el que me estaba haciendo sentir así.

— Así que... ¿Viniste sólo?— pisé el pie de Sam unos segundos ante su imprudencia.

—De hecho no, enano. Vine con mi novia pero ella parece estar mucho mejor con aquel niño de allá, así que prefiero compartir nuestra pizza con ustedes.— Él hizo una pausa mirando atentamente donde se encontraba la muchacha que afirmaba ser su novia y se estaba besando con otro chico. —Tómalo como un regalo de cumpleaños.