Capítulo tercero. ➸

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When we were young
We were the ones
The kings and queens
Oh yeah, we ruled the world - brother by kodaline

No me había percatado de la hora exacta hasta que sentí el líquido espeso bajar por mi nariz y manchar el piso.

Mierda.

Corrí al baño de mi habitación con la cabeza en alto, no me parecía divertido seguir manchando todo el piso de la casa.

Repetí el proceso que llevaba a cabo todos los días, incliné mi cabeza hacia abajo en el lavamanos y esperé.

Esperé que la sangre continuara cayendo hasta cansarse, hasta que se aburriera de ese proceso y yo pudiera ir a dormir.

Esperé que esas gotas espesas rojo rubí se llevaran consigo todo el dolor, toda la ira... toda la tristeza.

Esperé que pasaran los diez minutos reglamentarios y me lavé el rostro despacio, debía hacer todo despacio por un buen rato si no quería que la sangre regresara.

Me desvestí con cuidado de no tocar mi piel más del tiempo necesario y me puse una ropa más cómoda para dormir.

Realmente no tenía ganas de ir a trabajar, ni de hacer la tarea de español, ni el proyecto de ciencias.

Quería volver al concierto y que este nunca acabara, que nunca se detuviera ese sentimiento que me hacía volar y querer despertar.

Eso era lo que quería, despertar.

Abrir mis ojos y que mis padres estuvieran ahí de nuevo.

Levantarme con la única preocupación de estudiar y de que nadie molestara a Sammy.

Abrir los ojos y sentirme libre.

Despertar ya de esa pesadilla a que le habían puesto el nombre de vida.

No me había dado cuenta de en qué momento exactamente había empezado a llorar o de por qué a cada segundo mi cuerpo se tambaleaba más y más.

Los extrañaba demasiado, los extrañaba tanto que sentí que iba a morir.

Quería contarle a mamá lo mucho que me había encantado el concierto.

Quería jugar fútbol con Sam y con papá otra vez.






Gracioso, dado que a ninguno de los tres nos gusta el fútbol.








Quería que cuando llegara a casa de la escuela mamá me abrazara y me preguntara qué tal me había ido.

Quería que mi padre me llamara para ayudarle a reparar algo en el garaje o para que lo acompañara a ir de compras por algo que faltaba para la comida.

Quería que mis padres estuvieran en cada presentación del club de teatro de Sam.

Que mi madre nos sentara a Sam y a mí en el sillón a ver con ella una película espectacular sobre guerras y libertad.

Quería que mis padres no hubieran dado la vida por mí, porque cuando se fueron yo aún era muy pequeño, todavía me sentía tan pequeño.

Y mierda necesito a mis padres.






Siempre los necesité.







Toda mi vida creí que podía cuidarme yo mismo y a Sam, pero era más complicado de lo que imaginaba.

-Dean, ¿qué tienes?- Ver a Sam ahí, al lado de mi cama, con los ojos bien abiertos y preocupado me rompía el alma. Lloré con más fuerza.

-Dean, ¿fue por lo de la pizza? Lo siento, no lo volveré a hacer. Te lo prometo.

ANATOMÍA DE UN ÁNGEL. Destiel ||| WATTYS2019 |||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora