Capítulo sexto. ➸

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Does the pain weigh out the pride?
And you look for a place to hide?
Did someone break your heart inside? You're in ruins - 21 guns by Green day

Despertar con el sol pegando directamente en tu rostro, con el cuerpo bañado en sudor [esta vez por el calor y no por las pesadillas] y un dolor de cabeza extraordinario era una mierda.




Hombre, no tienes una idea.




Debía admitir que casi todos los días despertaba de esa manera, miserable, solo y triste, siempre triste, pero aún no lograba acostumbrarme del todo.




Bienvenido a bordo, hermano.


Intenté girar sobre mí mismo para darle la espalda al sol y a esos sentimientos de mierda pero fue inútil, ya había despertado y sabía que no podría dormir más aunque quisiera. El dolor de cabeza era tan insoportable y el estupor de mi cuerpo tan inquietante que tuve que levantarme y bañarme.

Todo estaba mal ese día, el agua en vez de llevarse toda mi oscuridad la trajo de vuelta, trajo de vuelta el ridículo de la noche anterior y el vómito, la estupidez y la lastima que daba, que doy. Dios, ¿vomitarle a Sarah prácticamente encima? eso debía ser lo más estúpido que un chico hizo jamás.




Definitivamente sí.




Me sentí tan avergonzado que solo me tiré de nuevo a la cama, quería esconderme, desaparecer entre las sábanas y los resortes de ese colchón y no volver a respirar jamás.

-¿Dean? - una pausa larga.- Sé que estás despierto, escuché la ducha. El desayuno está listo.

Le regalé una sonrisa [fue en realidad una asquerosa y lastimera mueca] a Ellen y me levanté muy en contra de mi propia voluntad. Luego de desayunar volví a mi cama y decidí desaparecer por unas cuentas horas más.








A veces también quisiera desaparecer para siempre, no cielo ni infierno, sin ángeles ni demonios, nada.








Cuando desperté nuevamente estaba angustiado y al borde de las lágrimas, miserable y estúpido. Había sido un mal sueño, de nuevo y para variar un poco las cosas.






Ugh, ha sido no solo un mal sueño, también una mala vida.






Pero esta vez no fue una pesadilla lo que invadió mi mente, esta vez fue un recuerdo, uno alterado; uno que tenía demasiado tiempo intentando enterrar, pero un recuerdo al fin y al cabo.

Había sido tan vívido que tuve que llevarme una mano al cuello para asegurarme de que la cuerda ya no estaba ahí.




Chico, no...




Todavía podía sentir la sensación de disnea* aparentando mi pecho y mis pulmones arder rogando por aire, podía sentir la presión acumulada en mi cabeza y la oscuridad consumiendo mi visión.

-sí.... yo-yo sólo... ¿pue-pueden darse prisa? ... ¡es-espere! Creo que está despe-despertando.- el temblor inquietante de la voz de Sam, mi pequeño Sam era angustiante, doloroso.

-¿Dean? - eran sólo cuatro letras, cuatro letras que rompieron mi alma, una palabra que había escuchado miles de veces pero que esa vez se sintió como la primera.

Recuerdo perfectamente lo que sentí en ese momento. Cuando me di cuenta de la estupidez que estuve a punto de cometer, de lo egoísta que estaba siendo, ¿suicidio? ¿en serio? ¿en qué mierda estaba pensando? Y ¿cómo si quiera pude considerar la posibilidad de dejar a Sam solo? ¡que yo era lo único que le quedaba, mierda!

ANATOMÍA DE UN ÁNGEL. Destiel ||| WATTYS2019 |||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora