afronta el miedo

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Cuando era pequeño siempre quise tener una casa, un espacio propio donde yo pudiera hacer y deshacer, siempre pensando dentro de los límites morales, poder invitar amigos, ver películas, ordenar a mi gusto, controlar el volumen de la televisión o la música, ambas cosas que solo funcionan bajo mi propio agrado.

Se que también tengo más responsabilidades, cosas que pagar, que arreglar, la comida no se hace sola ni la ropa se lava mágicamente o se plancha, el orden se mantiene a mi ritmo, lo cual siempre está lo más cerca de la palabra impecable.

Pero nunca imaginé una casa para mí solo, siempre quise un hogar en familia, con una mascota, quizás un/a hijo/a, y una mujer... Además de ser mi sueño, le temía a la soledad.

Me aterraba, me hacía sentir pequeño, frágil, como si el estar solo fuera la manera de confirmar que yo no era importante para los demás, yo no necesitaba la aprobación del resto, pero si quería su cariño, abrazos y compañia.

Hoy vivo solo hace 2 meses y medio, y puedo decir que es fantástico, me encanta, y me di cuenta que pude enamorarme de la soledad una vez que la conocí de verdad y la enfrente con valentía!

Realmente han pasado muchas cosas donde la gente se ha alejado o yo me he alejado por mis propias razones, quizás ahora soy más frío y distante, pero me siento mucho más feliz.
Deje de perder energía en cosas desgastantes y me puse a mi mismo como prioridad, algo que nunca había logrado hacer, e logrado limpiar mi alma y no tener nada a quien temer, puedo vivir tranquilo.

Puedo levantarme cada día y sentir que el día anterior lo hice bien, que estoy conforme con mi camino y a pesar de querer mejorar cada día, puedo darme el lujo de disfruta cada detalle, cada canción, cada visita, cada comida y decir, gracias Dios por todo esto.

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