presente.

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A veces las caminatas en la noche
Me ayudan a oír mi alma
Y el destino se empeña en recordarme
Que no hay un modelo a seguir
Qué no hay camino correcto
Ni una definición de perfección...
Se acabaron las consideraciones
Se acabaron las falsas promesas
O el confirmarme con menos de lo que merezco.

Si algo aprendí en esta vida,
Es que la felicidad está al alcance
Estira tu mano y tómala
Sé valiente y has que ocurra
Aprendí a tener el criterio para dejar ir
Todo eso que me hacía daño
Todo aquello que me derrumbó.

Hoy las cosas son diferentes
Aquel chico callado y tímido no existe
Aquel que sufría por dentro
Solo para hacer felices a los demás
Aquel que se tragó humillaciones
O cada vez que recibió señales confusas
Y jugaron con él, el está muerto.

Él arde en el infierno
Arde al ver mi sonrisa
Arde al ver que al hablar
La gente si se quedo a mi lado.
Arde al ver como encontré unos abrazos
Qué unen los trozos de mi corazón.

Arde en el maldito infierno
Esa parte de mi que sufrió
Qué dejo que le hicieran daño
Qué no podía despegarse del pasado
Qué espero milagros inútiles
Visitas que creía ilustres
Y palabras que jamás escuchó
Más que en los lamentos de sus sueños.

Las cosas han cambiado tanto
Qué me siento como un idiota
Por conformarme con cosas tan básicas
Mientras yo entregaba el mundo entero.
Realmente el pasado provoca asco
Por haber permitido tanto dolor.

Pero estoy convencido que llegó la hora
Esa hora de ser feliz
Dónde hay gente de verdad
Gente que llegó para quedarse
Qué rompió mi armadura
Mientras otros solo huyeron
O no aceptaron el desafío...

Porque entendí que no todos eran dignos
De mis abrazos y regalos
No todos eran dignos
De recibir sin chistar...
Ahora siento que la felicidad está a mi alcance
Y seré valiente, por ella voy a pelear.

poemasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora