Cuando por accidente nos provocamos una herida física, por un corte o una caída, se ven sumamente dolorosas, la sangre es un indicador de la gravedad de esta, pero con el paso de los días la herida sanará, el dolor desaparecerá de manera natural y si tenemos las medicinas adecuadas, sanará aún más rápido, aunque puedan dejar marcas superficiales en nuestra piel.
Pero hay heridas más problemáticas.
Las heridas del alma son diferentes, no sangran, pero generalmente encuentran una vía de escape a través de las lágrimas, no son visibles, pero pueden dejar marcas por la eternidad.
Al igual que las heridas físicas, las heridas del alma se curan con el paso del tiempo, un tiempo mucho más largo y tortuoso... ¿Medicina?, Si, hay una medicina para esta clase de heridas, pero es aún más problemáticas que la herida en sí.
Lo único que cura la herida del alma es el amor, es algo que solo podemos obtener de otros, de nuestra familia, de nuestra mascota al llegar a casa, de nuestros amigos o de alguien que luche para llegar a nuestra alma herida y nos ayude a sanar.
Pero hablo de amor de verdad, de lo más puro y sincero, porque si de algo estoy seguro, es que si alguien te hirió, es porque no sentía un verdadero amor por tí.
Búscalo en los ojos de las personas cuando se alegran de verte, en esas llamadas que te hacen reír, en esos abrazos cálidos sin que los pidas, en los ojos de un perrito cuando su amo llega a casa, en los ojos de un bebé.
No lo niegues, no niegues el amor, el amor ayuda a sanar almas en ruinas y corazones rotos por cosas que creímos que era amor, porque solo un corazón roto puede valorar el tesoro de un amor real, porque si sabes lo que es sufrir, realmente luchará por tu felicidad y la de tu alma cuando realmente tengas que hacerlo.
