He pasado mi vida siendo un valiente, creí en promesas que nadie creía, creí que las personas cambiarían, creí en las segundas, terceras o cuartas oportunidades.Creí siempre en las palabras de los demás.
En esas muestras de cariño tan verbales y carentes de actos, donde las personas solo dedicaban palabras vacías que ya no me llenaban, porque mi alma cambio.
Decidí no dañar al resto con mis palabras, decidí mostrar tolerancia por las personas que me hacían daño en vez de destrozar su vida con toda la información que yo tenía.
Con 18 años decidí viajar a una ciudad desconocida totalmente solo, para ver a una chica porque creía en el amor.
Años después estube a una semana de comprar pasajes a otro país por la misma razón, y no lo hice solo porque esa persona no me dió la certeza de que podría verla.
Fui valiente y di todo mientras pude, sin pensar en que las cosas acabarían, buscando alguna manera de hacer sentir a cada persona de una manera especial, e inventando formas de hacer presentes y regalos especiales.
Soy de los que toma locomoción a altas hora de la madrugada no por ir de fiesta, pero si por hacer sentir bien a los que quería en ese momento.
Me sirvió de algo ser valiente y creer en las palabras de los demás? Supongo que sí, aprendí mucho. Aprendí lo que valgo y que no me merezco menos.
Y ya no deseo ser valiente, ya no quiero gastar mi dinero en quien no vale la pena, ya no quiero compartir mi tiempo con quién me hizo daño, ya no quiero palabras, quiero hechos.
Y es increíble cómo la gente se desaparece al expresar esto, solo al decir, sabes solo palabras no me sirven, has algo diferente que realmente convenza a mi alma que estás junto a mí, tal como yo hice contigo.
Admito que ya no deseo ser valiente, ya no deseo viajar por gente, ya no deseo palabras y promesas vacias, ya no quiero quemarme por poner las manos al fuego por creer en las cosas que antes hacían mi alma vibrar, y ya fueron tan usadas que no significan nada.
Hoy en día soy valiente de otra manera, soy valiente por mi, no por los demás, tengo un millón de cosas por las cuales serlo, y un millón de cosas por las cuales mejorar