-Elena... Elena... ¡Elena!
La voz chillona de mi profesora me sacó del trance en el que estaba, ni siquiera recordaba en que materia estaba, solo recordaba que por primera vez en mucho tiempo había vuelto a tomar el autobús a la escuela y que Sebastián no había aparecido por ningún lado.
- Señorita Elena, sé que tiene plena confianza en que sabe sobre lo que conversamos en la clase, pero por favor preste atención de todas maneras ¿de acuerdo?
-Si, lo siento-dije algo apenada.
La profesora dio media vuelta y siguió dando su clase normalmente, mientras tanto, Diana deslizaba un papel en mi dirección.
D: ¿Qué te sucede? Estás muy extraña.
E: Solo pienso en muchas cosas.
Diana se limitó a levantar una ceja y volvió a acercar el papel con algo nuevo escrito en tinta negra.
D: Podrías decirme que es, no sé, digo, al menos para ayudarte en algo.
E: ¿Qué es lo que sigue luego de que un chico te trata como a su novia, te besa, te abraza y todo lo tierno pero no te hace la importante pregunta? ¿Qué diablos significa?
D: ¿Es Sebastián? ¿Aún no son novios oficiales?
E: No, aún no, necesito ayuda.
Diana hizo del papel escrito nada más que pedacitos diminutos y los guardó en su billetera, seguro llegaría a quemarlo a casa, hay que quemar las evidencias. Apenas sonó la campana, Diana nos tomó a Kevin y a mi de los brazos y nos llevo a sentarnos a un lugar apartado de la escuela. Solo hay algo que no podías sacarle a Diana y eso es una idea metida en su cabeza. Nos podría tener horas allí metidos con tal de resolver algo o simplemente de lograr algo que quiere.
Kevin me miraba con cara de no entender nada, yo no decía nada, incluso podría decir que casi intentaba no hacer ruido al respirar, porque sabía en lo que lo había metido, o eso creía.
- Veamos...-tomó aire- Kevin, tú eres hombre, si tratas a una chica como tu novia, pero no se lo preguntas ¿A que se debería?
- A que estoy probando terreno o que simplemente es algo pasajero.
Las palabras algo pasajero sonaban en mi mente una y otra y otra vez. No. Sebastián no era así. ¿Cierto?
- ¿Y el que ya la besaras y toda la cursilería, no cambian nada? -volvió a preguntar Diana.
- Tal vez un poco, puede que sea simple juego.
No sé cual era mi expresión que Diana le dio un golpe a Kevin en el brazo. Realmente no podía ser así, veamos; nunca he tenido novio como para saber que tal es un hombre ni sus acciones, lo más cercano a un hermano es Kevin y según lo que dice, en pocas palabras:
Están jugando conmigo.
- ¿Sabes que estás dejando a muchos hombres como una mierda? ¿Lo sabes? -Diana lo miraba con ojos acusadores y con rabia.
- Aún no entiendo ¿Qué sucede? ¿Por qué me hacen hablar de esto? -preguntó Kevin ya un poco nervioso.
- Sebastián no me ha preguntado si quiere que sea su novia, gran imbécil ponte al corriente ¿Dónde has estado los últimos días?
- Sobreviviendo a la cruda, sobreviviendo a una resaca.
Diana simplemente puso sus ojos en blanco. Yo estaba entre la espada y la pared. Sabía que Sebastián no era un mal hombre, era todo lo contrario, por otro lado aunque quisiera ser el hombre más educado y esperar al tiempo correcto ¡me valía madres en este momento! Quisiera que se apresurase ya y me lo preguntara... aunque me hacía feliz con el simple hecho de tenerlo a mi lado... pero no ser su novia me quitaba beneficios ¿no? ¿o es lo mismo a como estamos ahora? ¿Podría tomar su mano en cada momento? ¿Podría verlo de la misma manera que siempre?
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Palabras Prohibidas
Teen FictionElena, una chica completamente normal como cualquier otro adolescente, odia los lunes como todo el mundo, tiene una familia y amigos que la quieren y su vida es totalmente tranquila. Pero llegara un suceso, un alguien que comenzara a hacerla sentir...