Veintiseis

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Nadia se había quedado dormida sobre sus cuadernos en la mesa de la cocina. Había pasado toda la semana estudiando para los exámenes finales y sumándose a eso trabajaba en una pequeña librería cerca para ayudarme con los gastos. Le había dicho que no era necesario, pero ella había insistido.

Ha pasado un mes desde lo sucedido, Nadia cada día luchaba contra sus demonios con más ahínco pues en sólo unas pocas semanas le tocaba declarar contra su padre y la sola idea la tenía mortificada.

Yo en cambio hacia lo posible por ayudarle a superar sus malas experiencia, inventaba salidas, visitaba a mi familia con ella más seguido, en fin hacia todo lo que estuviera en mis manos para verla feliz, para volverme mucho más cercano a ella.

Cada momento que pasaba se notaba a leguas lo embobado que me encontraba por ella.

La miré preocupado, si seguía el ritmo que llevaba colapsaría, la idea no me agradaba. Toque el hombro despacio para despertarla y enviarla a la cama.

Sus ojitos se abrieron pesarosos, y dejo salir un bostezo pestañeando.

–¿Blake?

Reí un poco, su voz sonaba rasposa por la inactividad.

–Si bella durmiente soy yo. Ven, deja que te ayude a llegar a la cama.

Se puso de pie y acomodo sus útiles, sus ojos se cerraban cada tanto y luchaba por mantenerlos abiertos.

La tome del brazo con delicadeza y la detuve.

–Déjalo así, yo lo arreglo por ti.

–Pero...

Negué.

–Ven –negué y la alenté a caminar.

Se dejó arrastrar por mí y cuando estuvo acomodada en su cama durmiendo profundamente, regresé a la cocina y terminé de acomodar sus pertenencias hasta que encontré un dibujo que llamó mi atención.

Me había contado que antes adoraba dibujar pero que cuando ocurrió todo lo dejó, porque todos sus dibujos eran muy tristes y no quería transmitir ese sentimiento con su arte.

Cuando extraje el dibujo me sorprendí y sonreí alegre por ello. Era un retrato no terminado de mí... Escribiendo en mi cuaderno sobre ella. El retrato era tan vivido, tan magnífico. Simplemente perfecto.

Un pequeño párrafo en el pie del dibujo llamó mi atención.

"Todo es más colorido cada vez que estás conmigo..."
¿Qué escribes en ese cuaderno?

Dejé el dibujo donde estaba, azorado por esas palabras. Tratando de no emocionarme demasiado con ese texto pero fracasando estrepitosamente en el proceso.

Apagué las luces del departamento y camine a oscuras, sin pensarlo mucho me detuve frente a su puerta y deje que mi cabeza se recargara suspirando.

–Sabes Nad, solo espera un poco más y lo sabrás. Ese cuaderno eres tú, ese cuaderno se trata de ti y los sentimientos que llevo guardando todo este tiempo.

Seguí mi camino hasta mi puerta ignorando como aquellas palabras que pronuncie estaban a poco tiempo de cumplirse.

A la mañana siguiente Nadie estaba preparando el desayuno cuando entré a la cocina.

–Buenos Días, Nadia.

–Buenos Días, Blake –sonrió.

–¿ Qué es lo que huele tan bien? –había un olor agradable esparcido en la cocina que aun no lograban identificar.

–Son tostadas francesas. Toma asiento aun no estan listas.

Hice lo que me ordenó y espere obediente en mi sitio, me deleite observándola moverse por la cocina. Una visión de nosotros dos juntos compartiendo el mismo espacio como ahora pero con otra etiqueta en nuestra relación me hizo sonreír y alegró mi humor considerablemente.

–Aquí tienes –su repentina presencia me devolvió al presente.

–Gracias Nad.

Terminé mi desayuno y me quedé sentado observando a Nadia devorar con apetito el suyo.

–Sabes Nadia –sonreí travieso– Nunca me mostraste uno de tus dibujos.

Dio un respingo en su sitio y se atragantó con el desayuno. Me paré de mi asiento riendo y le di unas palmadas en la espalda hasta que se repuso.

–¿Por qué quieres ver uno de mis dibujos?

Sus ojos estaban abiertos de par en par. Sonreí aun más de forma inocente y me encogí de hombros.

–Curiosidad –le guiñe un ojo y fui hasta la sala dándole un poco de espacio para que se recompusiera de la sorpresa– ¡Te espero abajo! –grité y corrí escaleras abajo hasta el garaje del edificio a por mi auto.

El trayecto a la escuela fue silencioso. Nadia se mantuvo mirando por la ventanilla y yo le daba miradas de reojo sin despegar la vista del camino. Desde el accidente era realmente meticuloso y cuidadoso a la hora de conducir.

˜*˜˜*˜˜*˜

Sonó al fin el timbre que indicaba el fin de esa hora de clases. Era nuestra cuarta hora de clases y Nadia había estado lanzándome miradas desde su puesto en el frente.

Yo solo sonreía por lo bajo, y esquivaba su mirada. Podía leer perfectamente la pregunta en sus ojos. Ella quería confirmar si había visto su dibujo.

Recogí mis útiles despacio, dándole tiempo a mis compañeros de salir hacia la cafetería. Sabía que Nadia se quedaría a esperarme.

–Blake –su voz sonaba insegura.

–¿Sí? –cuestioné mientras terminaba de cerrar mi mochila y me paraba de la butaca.

Estaba sonrojada por completo y se mordía el labio con nerviosismo.

–¿Tú... –dejó la frase en el aire.

Decidí ahorrarle la vergüenza y me acerqué más a ella. Me incline lo suficiente hasta estar a la altura de su oído.

–También mi mundo tiene más color contigo a mi lado Nad. Se siente el mejor lugar para estar.

Antes de alejarme dejé un beso en su mejilla y me adelante hasta la puerta... Cuando me giré a mirarla, su boca estaba abierta en una gran O y su rostro había adquirido las tonalidades de una amapola.

–Nad... –me miro respirando cada vez más hondo. Incline mi cabeza señalando hacia la salida– ¿No vienes?

Asintió despacio y sonrió. Sujetó las correas de su mochila y corrió los pocos tramos hasta mí. Ya a mi lado nos encaminamos hasta la cafetería.

Mi sonrisa creció como si quisiera partir mi rostro y mi corazón se agitó dentro de mi pecho cuando ella unió nuestras manos y no la soltó hasta que fue nuestro turno de ordenar nuestro pedido.

N/A:

Este  cap va dedicado a Isyerg24 espero que te guste 😘😘.

Espero ver sus comentarios y sus votos si les agrado el cap.

C.C se despide 💋👋👋

Lo que escribí para ti en mi Cuaderno [AEL#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora