El último suspiro es el peor de todos. Es aquel en el que sabes que tu vida se acaba, la vista se nubla y te arrepientes de tus errores. Yo lo experimenté, en cuanto supe que lo decidiste. Me dejaste por un monstruo, quién destruyó nuestro hogar. Dime, ¿qué hice mal? ¿Por qué? ¡Debiste huir en vez de luchar! Te oí gritar, sufrir e intentar convencer al final que no fuese malo, querías uno feliz, como yo. Pero era imposible. Vi la destrucción provocada por solo un ser y lo derrotado que estaba. Perdí mi arma, la posibilidad de ganar y estar a tu lado como lo estuvimos aquellos días tan felices. Miré a mi alrededor intentando incorporarme. Noté la sangre de mis guerreros, quiénes no me traicionaron. En cambio, tú sí lo hiciste. Alargué la mano en tu busca, no deseaba perderte. Me arrastré por el suelo sin importarme el dolor y esa cuenta atrás, sí, el de la muerte, estuviese a punto de acabar. Antes de que el terreno de los derrotados dejase de existir, grité tu nombre justo cuando el reloj de mi larga vida llegó a cero y mi cuerpo se desintegró.
No podía respirar ni ver nada. Era... oscuridad. Esperaba que siguieses viva y no pasaras esto. Si pudieses oírme, me hubiese encantado preguntarte tantas cosas y dicho lo que sentía por ti.
Eso ya daba igual. Lo hecho, hecho estaba. Me gustaría llorar y lamentarme, pero no puedo. ¿Acaso merecía yo, el rey de los demonios y creador de los infiernos, este miserable final? Cometí un fallo, y ese fuiste tú. Elegiste a tu hermana, el ángel traidor, para salvarle de la corrupción. Eso no fue lo que quería. Pensaba que... me escogerías, ayudarías a levantarme y nos iríamos juntos.
Divisé una luz entre aquella penumbra y fui hacia ella. Tenía una forma conocida, muy parecida...
—Satanás —dijiste para llamarme la atención.
—Tú... Me abandonaste.
—Te equivocas. Soy Mebahel, una versión alternativa de ella de otro mundo. Y, por desgracia, nuestras almas no pueden irse en paz. Debemos esperar a que lo que provocó nuestra muerte desaparezca.Bajó la cabeza, dio vueltas por el sitio y comenzó a tararear una bella melodía. Eso no me calmó demasiado. Por mucho que me hubieses hecho daño, abandonado o traicionado, yo confíe en ti. Siempre lo hice y permanecería el tiempo que fuese para que volvieses a por mí.
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Traitor Angel(#0)
FantasyExisten dos mundos, y de una familia de los cielos nació el primer ángel ciego, capaz de manejar dos espadas y vencer a cualquier adversario con sentir su presencia, y no solo eso, cruzar las fronteras de los infiernos, tomando de nombre Lelahel. De...