Capítulo 2

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Alec intentó no matarse la cabeza pensando en aquel mensaje que le había llegado y como todas las notitas, se lo guardó para sí mismo evitando contarle lo sucedido a ninguna persona, ni siquiera a Jonathan, no quería preocuparlo, su novio era tan entregado, tan protector, tan amoroso...

No, definitivamente Alec no quería preocuparlo con aquellas bobadas, además seguro era una broma de aquellos tipos que gozaban de molestar a todo el mundo, incluso aquel mensaje de número privado debía ser de las mismas personas, sólo querían asustarlo.

El ojiazul, con mucho esfuerzo, se convenció de aquello y al otro día fue al instituto cómo si nada estuviera ocurriendo.

Aquel fue uno de sus mayores errores.

(n˘v˘•)

- ¿Cómo que Jonathan no pudo venir? –Preguntó Alec entristecido.

-Te ha dejado una nota –dijo Clary sonriéndole a su cuñado.

Alec la leyó desolado.

Precioso mío, al parecer he pescado un resfriado y no puedo acompañarte al instituto, pero espero tu visita.

Te amo.

Sólo tuyo, Jonathan.

Alec metió la notita en el bolsillo trasero de su pantalón y asintió.

-En fin, supongo que tengo que ir a clase de literatura –el chico agitó la mano en señal de despedida –muchas gracias Clary.

El chico se dirigió hacia su próxima clase pero cuando llegó la hora del almuerzo y se encaminaba hacia la cafetería, su teléfono sonó; el ojiazul lo colgó aburrido y luego lo escuchó nuevamente sonar, al revisarlo miró que, nuevamente aquel número privado le había enviado un mensaje.



Alexander, no debiste haber venido al instituto. Lo siento tanto.



El ojiazul, tragando grueso, decidió no prestarle atención a aquel mensaje.



Sólo me quieren asustar, yo estoy bien se dijo mentalmente.



Mientras seguía caminando su teléfono volvió a pitar y Alec volvió revisarlo maldiciendo a aquella persona que le estuviera escribiendo, pero en realidad el mensaje era de su hermana.



Izzy: Alec he terminado con Simon, por favor ven a verme en el estacionamiento. Llévame a casa, hermanito por favor el chico, ven rápido.



El chico parpadeo rápidamente.

¿Cómo que habían terminado?

Aquella misma mañana los había visto sonriendo completamente felices, abrazados y besándose ¿qué había salido mal?

El chico de azabache cabello dejó de pensar y salió corriendo hacia el estacionamiento en busca de su hermana. Pobre Isabelle, ella en verdad amaba a Simon y ahora no estaban juntos; preocupado, corrió lo más rápido que pudo pero al llegar a aquel lugar, no la vio por allí, frunció el ceño pero cuando tomó su teléfono para escribir, sintió un fuerte golpe en la cabeza y todo se oscureció inmediatamente.

EL INFIERNO DE ALEXANDER (MALEC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora