¿Mixed feelings? → Jung ilhoon

Capitulo 5

La lluvia comenzó a caer como en ninguna otra noche, los días habían sido algo calurosos, y el clima cambiaba a cada instante. Pause mi lectura solo por un momento, y deje el libro sobre la cama. Me acerque a mirar por la ventana, la lluvia era intensa y un trueno repentino me hizo saltar en mi lugar. Volví a recostarme para proseguir con mi lectura, realmente amaba leer y más en días como estos. Sonreí, enfocándome en donde me había quedado para seguir leyendo.

Tal vez al estar cansada me dormí, no sé cómo sucedió. Pero unos gritos que provenían desde afuera lograron despertarme. Refregué mis ojos con un tanto de pereza, y miré la hora en mi celular, 00:02. Hice a un lado el libro y me acerqué a la ventana para ver que ocurría.

— ¡Mama, ábreme la puerta, por favor! —El chico gritaba mientras golpeaba la puerta con fuerza. Caminaba de un lado al otro frente a su casa. La lluvia había mojado toda su ropa, y realmente sentí pena por él. Probablemente iba a enfermarse si seguía por mucho tiempo allí. Bajé tan rápido como pude, y abrí la puerta principal de mi casa.

— ¡Hey! —Grite, desde la entrada de mi casa. — ¡Ven aquí! —Volví a gritar haciéndole señas. El me miro por un momento, y luego siguió con lo que estaba haciendo, ignorándome.

— ¡Mama, hace frio! ¿Puedes abrirme la puerta? —Volvió a gritar, se colocó en cuclillas ya cansado de tanto esperar. Rodé mis ojos, y me adentré de nuevo a mi casa cerrando la puerta con fuerza. Iba en camino a subir a mi habitación por un paraguas para ir a buscarlo, pero el timbre sonando me hizo retroceder a abrir la puerta.

— Disculpa... ¿Puedo pasar la noche aquí? —Su voz era rasposa, y sus dientes tiritaban. Su pelo goteaba al igual que su ropa, y su piel estaba más pálida de lo común. ¿Cómo podía decirle que no?

— Claro. Adelante... —Dije, luego de segundos. Él se introdujo a mi casa, y se quedó parado sin saber qué hacer.

— Oh... ¿Tienes algo caliente por casualidad? ¿Y algo para secarme? —Dijo, mientras se abrazaba así mismo. Eso quizás fue lo que me hizo querer protegerlo, no sé por qué, pero se veía tan débil. Ni siquiera sabía dónde había comenzado todo.

— ¿Qué? ¿Quién eres tú? —Mi hermano hablo desde la escalera, mientras daba un bostezo, al parecer los ruidos lo habían despertado.

— Nuestro vecino. —Respondí, vagamente. — ¿Tienes ropa para él, por favor? —Pregunte, intentando sonar lo más dulce.

— ¿Por qué debería prestarle mi ropa? —Respondió, encogiendo sus hombros.

— ¡Yook sungjae! —Grite, mientras me acercaba a él. — Discúlpanos un momento. —Dije, haciendo una reverencia hacia ilhoon, él sonrió incómodo y respondió con un "está bien". Tome del brazo a mi hermano, y subimos a su cuarto. Una vez que cerré la puerta de su habitación pude decirle todo lo que quería.

— ¿Eres idiota? ¿Cómo puedes decirle eso? ¡Dame una ropa para prestarle o le diré a mi amiga que gustas de ella! —Sabía que después de decirle aquello, lo tenía en mis manos.

— ¿¡Que?! Tú no puedes hacer eso... —Negó, aterrorizado, abriendo la puerta de su armario. Comenzó a sacar ropa de allí, tirándola a la cama. Sonreí victoriosa ante mis eficaces amenazas.

— Gracias, hermanito.

— Cuando terminas, me avisas. —Dijo, saliendo de su cuarto. Asentí, sin darle mucha importancia. Estuve tan solo unos minutos hasta que escogí una ropa deportiva para él. Baje, para entregarle la ropa a ilhoon, debía tener mucho frio de seguro.

— Incluso me amenazo diciendo que, si no te daba ropa, le iba a decir a su amiga que me gusta. ¿Acaso crees que es una buena hermana? —Pude escuchar claramente la voz de Sungjae, cuando me acercaba a la cocina. Maldito. Eres un maldito, pensé por dentro.