Capitulo veintiuno: Presente.

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Al perderte yo a ti, tu y yo hemos perdido. 

Yo, porque tu eras lo que mas amaba; 

y tú por que yo era el que te amaba más. 

Desconocido

Bastian

Hubo un tiempo donde siempre soñaba con la misma persona, el mismo paisaje y el mismo dialogo. Nunca cambiaba, ese sueño al paso de los tiempos se fue borrando en mi memoria hasta en estos momentos. En aquel tiempo nunca pensaba que dejaría Alexis y mucho menos que me reencontraría con  ella. 

¿Una mala jugada del destino dejar que ella volviera a mí? 

¿A caso solo quería burlarse de mi al dejarme ver a la única mujer que ha vivido en mi corazón? 

Entonces el sueño vuelve aparecer, burlandose de mí al igual que el tiempo. Me prometí que la protegería, al irme necesitaba saber que estaría bien sin mi y que un nuevo comienzo llegaría. Necesitaba irme sabiendo que Alexis no estaría al mandato de su madre, en donde ella eligiera a quien amar y con quien estar. 

 —¿Bastian?  

El eco de su voz solo me pone mal, no quiero mirarla porque sé que volvere a caer en ella. Eso es lo peor, es lo que siempre me he pensado. 

— ¿Podemos hablar?  —pregunta, en su tono de voz hay algo de timidez.  —Bastian sólo quiero... 

Me enfrento a ella, mi madre me mira con algo de pena y a la vez miedo. Mis ojos se llenan rapidamente de lagrimas, no puedo dejarlas caer por el simple hecho de que lloraré y diré todo aunque sé que ella lo sabe ya. 

—Mamá  —pronuncio apenas. 

Ella sólo corre a mis brazos, me abraza con fuerza. 

—Lo único que te pudo dar él es su enfermedad y su dolor  —solloza. 

En mi sueño ella sonríe, va tomada de la mano con alguien y mantienen una conversación. Escucho decirle cuanto le gustaría ir a California para visitar a un viejo amigo, él le dice que la llevara en cuanto termine las grabaciones. 

En mi sueño el chico no era yo, era alguien más. Alto, delgado con algo de musculos, ojos rasgados y de color mieles o oscuros. El chico pronunciaba su nombre con un raro acento pero a ella le encantaba, Alexis sólo lo mira con amor a pesar del dolor que paso en su pasado. 

En mi sueño ella va da la mano con él hacia el altar, en mi sueño ella al final es feliz. 

—Mamá. 

No podía decirle lo que vi en mi sueño, ella pensaría que solo eran alucinaciones mias al aceptar que estoy enfermo, un miedo al irme y ver que ellos lloraran mi perdida. 

—No te puedo salvar  —llora más fuerte.  —No quiero que te vayas de está manera, es una mala manera. Con dolor y olvido, no así. 

Entonces en vez de consolar a mi madre sólo pude ver el futuro de ellos, estarían bien. Les doleria pero ellos sabrían como afrontarlo. Como olvidarme. 

El doctor me había dado un ligera esperanza, tomar los medicamentos adecuados y la quimioterapia al igual que la cirugía, eso me ayudaría de alguna manera. Viviría un poco más de tiempo, a Alexis le encanto tanto esa idea que empezo a planear todo sin saber que esa respuesta me la dieron hace cuatro años atrás. 

Mi fecha de caducidad llego, había vivido mi vida de la manera en la que siempre quise y sin arrepentimientos. Ahora viviría lo poco de vida que tenía al salvarla a ella ya que nunca pude hacerlo en el pasado. 

Lo que nunca te dije #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora