·Madelaine·

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Se despertó abrazada a su novia. Se separó de ella lentamente para no despertarla, pero Jade se despertó igualmente y, al ver que Madelaine se disponía a levantarse, le cogió de la mano:

-Oh, vamos, no podemos quedarnos en la cama todo el día -dijo la pelirroja.

-¿Y por qué no? Es Navidad... Sería un buen regalo...

-Puedes estar tranquila, tengo un regalo que te gustará mucho...

-¿A sí? ¿Y de qué se trata?

-Es una sorpresa...

-¿Y cuánto tiempo tengo que esperar para saber qué es?

-Quién sabe... -dijo mientras salía de la habitación con una sonrisa pícara.

-¡Oye! -la morena se levantó de un salto y fue a por ella. La siguió por el pasillo, las escaleras y el salón. Caminaban con rapidez,  pero sin llegar a correr, dando saltitos de vez en cuando, ya que no llevaban calcetines y el suelo estaba considerablemente frío.

Jade consiguió alcanzarla, la abrazó por la espalda y ambas cayeron en el sofá. Se puso encima de Madelaine y le empezó hacer cosquillas.

-¡Para! ¡Por favor para! -no podía parar de reír.

-Si quieres que pare tendrás que contármelo todo...¿Trato hecho?

-¡Vale! ¡Tú ganas! ¡Haré todo lo que me digas! -no podía evitar reírse- ¡Por favor para!

-¿Con qué todo lo que yo te diga, eh? -la morena empezó a besarla- Me gusta la idea...

-Ejem... -dijo Veronica- Buenos días chicas...

-Buenas días... -contestaron a la vez, sentándose en el sofá lo más separadas posible.

-¿Habéis almorzado ya?

-No, nos acabamos de levantar... -dijo la chica de ojos azules.

-Perfecto, yo iba ha hacer unos huevos revueltos con bacon.

-Te ayudo. -las dos se fueron hacía la cocina, Madelaine las siguió, sonriendo. Le encantaba la idea de que su madre y su novia hicieran cosas juntas.

La pelirroja se sentó en los taburetes, al otro lado de la isla de la cocina, mientras ellas dos cocinaban. Minutos después, aparecieron Sam y Bruno:

-¡Buenos días! -dijeron a la vez. Sam se sentó al lado de su hermana y Bruno se acercó a las dos chicas. Veronica estaba cocinando los huevos revueltos y Jade el beicon.

-Mmmh... Qué bien huele esto Vero -dijo, oliendo un plato con huevos revueltos ya hechos. Cogió un tenedor de la encimera y comió un poco.

-¡Ey! -ella alzó la mano para darle una colleja en la nuca, pero el chico fue más rápido y se fue con Sam, que negaba sonriente con la cabeza.-Ya verás cuando te pille...

-¿Qué son todos estos gritos? -dijo Marie, entrando en la cocina. Se acercó a su mujer para darle un beso de buenos días.

-Buenos días mamá -dijeron Madelaine, Sam, Jade y Bruno a la vez. Marie siempre conseguía que todos la llamaran mamá, y es que siempre hacía de mamá con todo el mundo, así que todo el mundo la consideraba como una segunda madre.

-Buenos días chicos. Oíd, ya que tenemos dos maravillosas cocineras, ¿por qué no las ayudáis y vais a poner la mesa? -los tres asintieron y se fueron hacia el salón.

Minutos después, aparecieron Alexis y Jordan.

-Buenos días chicos...-dijo Jordan bostezando y sentándose en una de las sillas, al igual que Alexis.

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