·Madelaine·

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 Al terminar de comer empezó a sonar el teléfono de la detective.

-Watson -contestó a la llamada.

-Hola, soy Harry, tengo información nueva sobre el caso.

-Ahora vamos. -le contestó, colgó, pagó y se despidió.- Nos vemos luego chicos.

-¡Pero si todavía queda el postre! -se quejó el castaño.

-Lo siento, hermanito... -le contestó mientras se levantaban de la mesa.- Nos vemos luego.

Junto a Bruno, salieron del establecimiento, cruzaron la calle y entraron en la comisaría.  Antes de entrar en el ascensor, la joven, tomó una bocanada de aire.

Al llegar a la planta de homicidios, caminaron hasta una pequeña sala; dónde les esperaba su compañero.

-¿Qué tienes novato? -este miró mal a su compañero antes de contestar.

-Al parecer, una de las casas más cercanas a la escena del crimen posee una cámara de vigilancia, que consiguió grabar el momento en el que dejaron a la víctima. -dicho esto les puso la grabación.

En esta, se podía ver como un furgoneta paraba, bruscamente, frente la escena del crimen. Abrieron una de las puertas laterales, cogieron el cadáver y entre los dos hombres con pasamontañas, lo  arrojaron a la carretera.

-¿Se puede ver la matrícula? -preguntó la pelirroja.

-Por desgracia, no. -sentenció. 

-¿El conductor también llevaba un pasamontañas? -preguntó el moreno.

-Sí. -contestó.

-Harry revisa todas las veces que haga falta  el video, busca pequeños detalles, ya sea un tatuaje, una cicatriz, el color de pelo,  el color de ojos... lo que sea que pueda identificarles. Bruno, tu investiga de dónde sacaron esa furgoneta, si es de alquiler, si es robada o de cualquier otra forma. Yo llamaré a Jade para ver si puede identificarlos. -ordenó. Pero antes de poder llamar a la chica, empezó a sonar el teléfono de su mesa.- Detective Watson. -contestó.

-¿Sabes lo sexy que suena eso?

-Yo también me alegro de oírte Jade... -dijo con tono humorístico.

-Y a mi me alegra que a ti te alegre escuchar mi voz de nuevo... -esas palabras la hicieron sonrojar.

-¿Por qué me has llamado Jade? - dijo con una amplia sonrisa.

-Te echaba de menos... -dijo con la voz más dulce del mundo, o al menos lo era para Madelaine.

-¿Y por qué me llamas a la oficina y no al móvil?

-¡Lo he hecho! Pero como no contestabas te he llamado por aquí. -al decir esto, la inspectora miró su móvil. Jade tenía razón.

-Lo siento mucho. -dijo avergonzada.

-No te disculpes, por favor. Lo entiendo, tienes trabajo y no tienes tiempo para contestar una pesada que lo único que quiere decirte es que te hecha de menos.

-No eres pesada. ¡Al contrario! Disfruto mucho de tu compañía.

-Yo también disfruto mucho de tu compañía Mady...

-¿Mady? Pensaba que me llamabas solo Mad.

-Ya pero Mady es más dulce, como tú. -sin saberlo ambas se quedaron sonriendo con el teléfono pegado a la oreja.- Me gustaría volver a quedar contigo.

-A mi también.

-Me alegro porque me debes una cena.

-¿Qué? -dijo atónita.

-Sí, ¿es que no te acuerdas ya o qué? Yo te invité a cenar anoche, ahora te toca a ti.

-¡Pero lo hiciste a cambio de darnos información!

-Deja de poner excusas, me debes una cena y punto. -la chica río ante el comentario.

-De acuerdo, ¿dónde quieres que te lleve? -se rindió.

-Mmmm...Bueno, yo te invité a mi casa, así que, lo justo es que me invites a la tuya...

-¿Con que quieres venir a mi casa, eh? ¿Es por algo en especial? -preguntó con picardía.

-Depende, ¿quieres que lo sea? -Madelaine no sabía que contestar. ¿Quería que lo fuera?

Antes de poder de contestar, su compañero la interrumpió.

-Psst -Bruno señalo su cara con la mano. De inmediato, su compañera supo que se refería a la conversación que habían tenido minutos atrás.

-¡Oh, cierto! Verás, hemos conseguido imágenes de cuando dejaron a la víctima cerca de tu casa, y aunque llevan pasamontañas, hemos pensado que podrías reconocerlos.  Ya sabes por si son algunos de los miembros de la banda coreana.

-Lo siento, nunca llegue a verlos. Podría preguntar, a alguno que les vio, pero dudo que quieran colaborar con la poli. Lo siento.

-Tranquila, no es tu culpa. Pero, volviendo a la conversación anterior, que tal si quedamos el viernes en mi casa, a sobre las 8:00pm.

-Por mi perfecto, nos vemos mañana.

-Hasta mañana...

-Oh y Mady, -la interrumpió- Todavía espero tu respuesta. -colgó. Jade tenía razón, no había contestado a su pregunta, pero ni siquiera sabía la respuesta. ¿O sí?________________________________________________________________________________

Empezaron a investigar la vida de la víctima, pero no pudieron sacar nada. Al fin y al cabo, todas sus personas cercanas estaban desaparecidas

-Bueno chicos, me voy, que paséis buena noche. -se despidió la joven. Antes de irse, fue a ver a su hermano. - Hola, yo me voy ya a casa. ¿Te llevo?

-Sí, gracias.

Una vez ya en el coche, empezaron a hablar.

-No es por meterte prisa, pero... ¿Cuando conseguirás una casa?

-O tranquila, he estado mirando pisos y tengo una cita para ir a ver uno de ellos mañana. ¿Es que te estorbo o algo por el estilo? 

-No que va. Me encanta tenerte cerca. Pero mañana por la noche he quedado con Jade, para que venga a cenar a casa y...

-Y queréis estar solas, lo entiendo, tranquila. Una pregunta, ¿la has invitado a casa por algo en especial? -pregunto con cara pilla.

-En realidad ha insistido ella. ¿Por qué?

-Por nada, por nada... -siguió con una sonrisa pilla clavada en la cara.- Puedes estar tranquila, te prometo que no aparecer en toda la noche. 

Al llegar a casa, prepararon unos sándwiches para cenar.

-¿Qué piso estas pensando en pillarte? -dijo, dando un mordisco a su sándwich de atún.

-Uno cerca del tuyo, es pequeñito, pero para una sola persona esta bien.

-¿Y Blake?

-¿Qué pasa con ella? -él también estaba comiéndose un bocadillo, pero este era de pollo. 

-Bueno, es la quinta vez que le tienen que fumigar el edificio. Yo de ella me mudaría.

-Yo también lo haría. -siguieron comiendo- Oye, me gustaría hacerte una pregunta. Pero tiene que quedar en secreto, ¿vale?

-Por supuesto, ¿que pasa?

-Tu compañero Bruno...¿tiene pareja? -preguntó tímidamente.

-No, y antes de que lo preguntes, es bi.

-Gracias. -dijo sonriente.

-De nada. La verdad es que molaría mucho que tu y él fuerais pareja. Así podría llamarlo cuñado y molestarlo todavía más. 

Terminaron la noche entre bromas y risas.



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