Recuerdo haber escuchado por ahí que tu verdadero amor aparece sin que lo esperes, cambiando tu vida por completo. Inspira en ti la promesa de sentir un amor tan abrasador como el mismo fuego que no tendrías manera de sofocarlo a menos que lo tengas a él junto a ti, estando entre sus brazos, un manto protector. Nada más habitaría tu mente, pensarías en él día y noche y con algo de suerte, también soñarías con él. Con un quizá, con un tal vez, con un ojalá y él, siempre se formaría el "nosotros". "Quizá nosotros", "tal vez nosotros", "ojalá nosotros".
Eso es lo que yo siento por Chris Bennett, y, por mucho que odie reconocerlo, estoy completamente enamorada de él, enamorada como una estúpida. Quiero saber todo de él, absolutamente todo. Conocer sus miedos, inquietudes, preocupaciones y que él se sienta libre de contármelas, sin presión, sin miedo a que lo juzgue...
Con este descubrimiento, llego a mi casa, sorprendida de incluso haber llegado. No recuerdo como pasó, todo lo que habitó mi mente fue ese nuevo descubrimiento que hice.
Me concentro en no llorar, lo veré en un rato y no creo que sea conveniente que se note si lloré o no.
Al entrar por la puerta del garaje, encuentro a Lena mirando la televisión en el pequeño cuarto al que ella denominó "La sala de planchado". Precisamente esa era su función y mientras ella la lleva a cabo, puede ver la televisión. Alguna novela rosa que algún canal latinoamericano. Lena es amante de eso.
—¡Hola, linda! —exclama, dejando la plancha de lado—. ¿Tienes hambre?
—No, gracias Lena. —sonrío—. Ya cené con Scott y Holly. Oh, espero a alguien , si escuchas el timbre sonar...
—Sí, sí. No te preocupes.
—¿Mi tia?
—Salió al hospital, me dijo que mas tarde te llama al celular. —continúa con su tarea y decido retirarme.
—¡Gracias Lena! —le digo con una sonrisa y salgo del cuarto en dirección a la sala de estar.
Han pasado cuarenta minutos desde que hablé con Chris. No es que esté contando el tiempo, supongo que es algo así como... Curiosidad. Nunca hago tanto tiempo de casa de Scott a la mía.
Me recuesto en el sofá y me decanto entre ver la televisión para calmar mis nervios, usar mi celular para calmar mis nervios, o dormir para calmar mis nervios.
Sonrío y me acomodo entre los mullidos cojines, cuando Chris llegue seguro escucho el timbre.
•••
Abro los ojos de golpe al escuchar que Chris me llama. Lo veo, mirándome confundido.
Es un sueño, definitivamente no lo tendría a una distancia tan corta de estar realmente aquí.
—¿Ya estás despierta? —me dice, con una sonrisa. Me sobresalto y me levanto del sillón de golpe, pero él no es demasiado rápido y nos damos ambos en la cabeza.
—¡Au! —exclamo, apretando los ojos. ¡Duele!
—Vaya, de no haber sido por esto jamás hubiese adivinado que tienes la cabeza tan dura. —murmura con sarcasmo. Ruedo los ojos mientras lucho contra un bostezo.
—Qué gracioso. ¿Cómo has entrado?
—La señora Dalton me abrió la puerta. Al parecer te vio tan cómoda en el sillón que no quiso despertarte.
Frunzo el ceño y miro a Chris. Está sentado en el poco espacio que queda en el sillón con mis piernas estiradas. Tiene el cabello despeinado, como me gusta. Lleva pantalón negro de vestir una camisa algo apretada. Y lo digo porque puedo trazar con mi mirada los músculos de sus brazos.
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Te Pertenezco (Borrador)
RomanceVersión sin corregir disponible en Wattpad por tiempo limitado. Ellie Hamilton posee todos los bienes materiales que su posición económica puede ofrecer. A sabiendas de lo que conlleva ser la hija de un prestigiado arquitecto, no deja que los lujos...