—Luna, Luna, Luna—dijo una tlahuelpuchi acercándose a la guerrera jaguar.
La guerrera jaguar comenzó a evaluar la situación de inmediato. Cuatro guerreras tlahuelpuchi estaban frente a ella. Tenían a Alexandro sometido, y Luna pensó que el niño sería lo suficientemente listo para no intentar vencerlas él solo. Xóchitl estaba demasiada aterrada como para hacer nada. Tenía varias armas listas aún, pero sabía que nada la podría ayudar contra cuatro guerreras bestia de la oscuridad. Tres motocicletas estaban detrás de ellas.
—La pequeña favorita del Telpochcalli, desobedeciendo órdenes directas de la milicia mexica—la tlahuelpuchi se rio con crueldad—, y ayudando al hijo de Gabriela Martínez. Cielos, creo que lo he visto todo ya.
Hazla hablar, ama hablar.
— ¿Qué trae a Citlalli Robles a molestar a una pobre guerrera jagua indefensa? —Luna se rio— ¿Acaso se acabaron las aldeas para aterrar? ¿O es que el escaseo de bebé por los millenials te ha empezado a obligar a esto?
Citlalli se sintió humillada frente a sus chicas.
Buena idea, la mantiene distraída por instantes.
—Para ti, niña, soy la Reina Tlahuelpuchi.
Luna sonrió y alzó los hombros. —Lo siento, Reina Tlahuelpuchi ¿De qué he sido digna para su presencia?
Daniel y Lea siguen dormidos. No puedo contar con ellos tampoco.
— ¿Sabes lo que se escuchan entre los espejos, Luna?
—Ilumíneme, Reina.
—Qué estás en busca de la máscara perdida de Quetzalcóatl...
Mierda. Lo saben.
Entre las muchísimas razones por las que Luna odiaba a las tlahuelpuchi, una de ellas era la estúpida velocidad de la que se enteraban de las misiones y actos de los guerreros del Telpochcalli y los demás monstruos de México. Las guerreas de la oscuridad solían asesinar y mantener a raya el crecimiento de algunas bestias sin control, casi como unas superdepredadoras, pero sólo lo hacían con las bestias que amenazaban sus intenciones.
—...y deberías saber que tengo amigos importantes que pagarían lo que fuera por la máscara del dios del conocimiento...
Las tlahuelpuchi eran en su mayoría mujeres que se entregaban por completo a la oscuridad de Tezcatlipoca, el jaguar de la noche, lo invisible, el dios de la hechicería y las desgracias... Una vez consumidas por la oscuridad obtenían poderes y habilidades muy por encima a la de una persona normal, sus desventajas eran que tenían que consumir sangre. Mientras más pura fuera la sangre, más fuertes las hacían. Por eso acostumbraban a devorarse a los bebés en sus cunas, pero sabias Tlaxcaltecas descubrieron formas de mantener a las devoradoras de sangre lejos de los bebés y de familias enteras; Agua que haya absorbido la luz directa del amanecer, sal y varias plantas que las mantenían alejadas a través de maldiciones antiguas.
—...pero las dos sabemos que es imposible encontrarla. Es decir ni siquiera los más sabios dioses han podido dar con ella. Pero también sabemos que la única persona que sabe cómo hallarla eres tú...
No sabe nada de la relación de Alexandro y la máscara, perfecto.
—...entonces estamos bastante seguras, mis chicas y yo, que habrá quien pague muy bien por ti, mi pequeña guerrera jaguar.
—Suena lógico—respondió Luna viendo que tan mortales serían los golpes de las chicas de Citlalli a Alexandro y Xóchitl—, espero que entiendas que quizá no quiero ir contigo.
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Los Guerreros del Quinto Sol I: La Máscara de Quetzalcóatl
Teen Fiction¡El Sol está a punto de morir! El guerrero Azteca más antiguo y poderoso de todos tiene un ejército imparable de muertos vivientes para lograr asesinarlo. Los únicos que pueden salvar al Sol, un grupo de chicos marginados La única esperanza, la Másc...