Capítulo 10

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Todo pasa tan deprisa que mi mente decide desconectar del mundo exterior tras empezar a ver distorsionadas las imágenes, mi lengua sin apenas coger saliva, mis oídos con pitidos, con espasmos y la respiración entrecortada, finalmente me desvanezco en el suelo.

Después de 12 horas

La claridad se cuela en mis ojos haciendo que los vuelva a cerrar, pero el movimiento alrededor de mi, hace he los vuelva a abrir. Un par de ojos me mira detenidamente, observo el espacio en el que me encuentro y me extrañó al no reconocer el lugar. Me centro otra vez en la persona que está en la habitación, pero veo que me encuentro sola, y una enfermera entra por la puerta, dándome la pista que el lugar en el que me encuentro es un hospital.
-Necesito que me responda.-me dice la enfermera.- ¿Cuál es tu nombre?-dice mientras me hace un chequeo.
-Candela Ramírez Álvarez.-digo con la voz ronca.
-¿Qué día es?-inquiere, yo frunzo el ceño.
-He perdido la noción del tiempo.-la digo sincera.
-Es 21 de Marzo.-me resuelve la pregunta.-¿Qué edad tiene?
-18 y en Junio cumplo 19.
-¿Recuerdas lo que te ha pasado?-me pregunta. Intento hacer memoria.
-Lo último que me acuerdo es de la Élite Policial alrededor mía.-digo confusa.-Me cuesta recordar, tengo todo super borroso.-la digo.
-Bueno, tranquila, todo a su debido tiempo.-me dice.-Pero te vas a tener que quedar aquí, que te tenemos que hacer pruebas.-me sonríe intentándome tranquilizar.
La enfermera se va y mis padres aparecen por la puerta, los dos juntos, la sorpresa en mi cara es evidente, tanto que me ha hecho incorporarme. Por un momento me planteo si estoy en MontPellier o en Madrid, pero me tranquilizo cuando he hablado en Francés con la enfermera.
-Lo que ha ocurrido, ¿Es tan grave como para que hayáis venido hasta aquí?-digo preocupada. Ellos asienten sin pronunciar palabra y echándose mi madre a mis brazos llorando desconsolada. Mi padre espera mientras que intenta aguantar las lágrimas.-Pero, ¿Qué pasa?-digo sin entender nada.
-Ya lo recordarás.-me dice mi madre sonriendo con lágrimas resbalando por sus mejillas.-Y para entonces quiero que sepas que tienes a un montón de personas que te quieren y te van a ayudar todo lo que esté en su mano, pero tú también deberás poner de tu parte y ser esa mujer fuerte que siempre has llevado contigo.-me dice dándome un beso en la mejilla y dando paso a mí padre.
Este se acerca, se me queda mirando mientras una lágrima se le escapa, y me da un abrazo que me pilla de sorpresa. En ese momento recuerdo a Marcos.
-Una pregunta, ¿Y Marcos?-inquiero. Mis padres se miran y se hacen señas que no termino de descifrar.
-Marcos escapó y todavía no han dado con su paradero.-me dice mi padre poniendo cuidado en lo que dice.
-¿Se escapó? ¿De dónde? ¿Y de quién?-digo frunciendo el ceño.
-Del sitio donde os encontrabais.-me responde mi madre.-Escapó de la policía. -dice mi madre haciéndome recordar.
-¿Por qué le quería la policía?-digo cada vez más confusa y estresada por los recuerdos borrosos.
-Por secuestrarte.-dice mi madre extrañada.
-¿Por secuestrarme? ¿A quién? ¿A mí?-mis padres asienten preocupados.-Pero si se portaba super bien conmigo.-digo provocando la sorpresa en el rostro de mis padres.-Nos queremos.-les digo.
-Candy, atiéndeme por favor.-dice mi padre haciéndo que le mire.-Es tu secuestrador, no tu novio, él te ha hecho daño, te ha llevado forzosamente a un sitio, eso no es de quererse, él es un psicópata. Hija por favor, ¡Reacciona!-dice mi padre mientras que se le marca la vena de la garganta.
Mi madre le toca el hombro a mí padre para que se calme y le pide que tenga paciencia conmigo.
-Por cierto, debes estar muy agradecida con Tatiana y Douglas, que han puesto todo su esfuerzo en ayudarte, en especial el chico.-me dice mi madre cambiando de tema.
-¿Douglas me ha intentado buscar?-frunzo el ceño.
-El que más, y gracias a él que solo has estado tres semanas secuestrada, sino, posiblemente hubiese sido más tiempo.-me explica mi madre.-Él colgó carteles con tu cara por toda la ciudad, y hubo noches que se quedaba sin dormir por intentar ayudarte, ese chico es muy grande.-me dice.
-¿Estás segura que hablas de Douglas? ¿Douglas Dics? ¿Rubio, ojos castaños, que fuma?-mi madre asiente.-¿Y dónde está?-pregunto ante la curiosidad de saber si es verdad que fue él o mis padres lo están confundiendo con otro.
-Se fue a casa cuando te trajeron en ambulancia. Cuando te vio, se quedó agusto, se despidió de nosotros y se fue a su casa, el chico necesitaba descansar después de tenerle en danza los 20 días que has estado secuetrada.

Mis padres se van porque entra una enfermera, la digo que llame a Tatiana y que me acompañe a hacermeme análisis de sangre. Me ponen en silla de ruedas, ya que por alguna razón a mis piernas le cuestan mantenerse en equilibrio por si solas, y un celador me lleva hasta la sala para hacerme análisis. Tati me da un achuchón y me da la mano para apretarla. Siempre tengo esa costumbre cada vez que me hago análisis.

Terminan de hacerme el análisis,desayuno y me llevan a ginecología, al fondo me parece ver a Ben yendo dirección al baño, luego caigo en la cuenta de que no me he acordado de él.
El novio de Alina, Alex, me atiende. Las manos me sudan, es la primera vez que voy al ginecólogo, y encima con la pareja de mi amiga.
-Candy, ¿Cómo te encuentras?-me pregunta cuidadosamente.
-Bueno, dolorida y estresada por tener recuerdos borrosos, pero bien.-le digo sincera.
-Bueno, te explico, te voy a hacer varias pruebas para descartar que estés embarazada-me dice, yo me asombro por sus palabras-para descartar signos de violencia, contagio de enfermedades por trasmisión sexual, introdución de objetos extraños, etc.-como si me acabarán de abrir los ojos ya que no había reparado en nada de esto, empiezo a ponerme más nerviosa.

Lo primero en hacerme es un examen bucal, donde no aparece nada fuera de lo habitual.
Después me pide que me desvista de cintura para abajo para poder explorar mis genitales femeninos, el ano y el recto, y las regiones adyacentes a esas zonas. Con vergüenza me siento y se me queda mirando mi vientre, yo bajo la mirada para ver que le pasa y descubro que tengo hematomas por todo mi cuerpo, mi piel parece más morada que una berenjena.
-Candy, necesito que te desvistas también de arriba, no son normales estos golpes.-dice preocupado.
Me observa atentamente con el entrecejo fruncido, yo me quejo del dolor, cada vez que me toca las partes de los moretones.
-Tienes hematomas del perióstico.-me dice, yo le miro sin entender.-Tienes tantos que algunos están cerca de órganos muy importantes como son el bazo, el hígado y los riñones.-Alzo una ceja sin llegar a comprender lo que quiere decir.-Hay que tener mucho cuidado con estas zonas, porque pueden romperse y causarte hemorragías.
-¿Y cómo se puede solucionar?-pregunto.
-Con reposo e intervención quirúrgica.-me responde. Yo asiento con la cabeza sin saber muy bien qué responder.

Alex me empieza a hacer preguntas para indagar sobre la fecha de mi última menstruación, el uso de anticonceptivos y la fecha del supuesto "coito violento" para controlar un embarazo no deseado. Sigo teniéndo las imágenes borrosas, por lo que me resulta bastante lejana la posibilidad de que me haya forzado y no haya sido con mi consentimiento.

Finalmente deduce que mi última menstruación fue hace una semana, que no ha usado ningún tipo de método anticonceptivo y que la primera vez que me forzó y perdí la virginidad fue hace tres días.
En ese momento, me viene una oleada de imágenes que hace que me empiece a dar cuenta de la situación real, empiezan a darme espasmos y a raíz de eso doy sin querer un manotazo a Alex, lo que hace que me ponga más nerviosa y empiece a sudar; como si ya me empezase a acostumbrar por estos últimos días, deduzco que me voy a desmayar, y así es, cada vez oigo las voces más lejanas, y me ausento de la vida real.

Utopía EncadenadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora