Capítulo 2

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-La última que supuestamente la vio fue Amira, salía de la puerta de la Universidad con Marcos. La hemos llamado un montón de veces, y a él también y ninguno contesta. -en ese momento Ben entra por la puerta de la cocina.
-¿Es el amigo de Ben?-pregunta Esmeralda.
-Sí. -asiento.
-A mi ese chico nunca me ha dado muy buena espina. ¿Habéis llamado a los padres de él? ¿O de Candy?
-¿Cree que ha sido él? No, no los hemos llamado. Y a los de Candy no, todavía no han hecho las 24h de desaparición y no quiero alarmar a sus padres. -respondo.
-En cuanto pasen las 24h yo iría a denunciar la desaparición. -me dice. -Tati, te tengo que dejar, pero mantenme informada de todo, y si necesitáis que vuelva decírmelo. -nos despedimos y cuelgo.
Una ola de emociones impacta a mi cabeza tambaleándome, Ben que estaba expectante a mi conversación por teléfono al hablar de Candy, me sujeta. Me siento muy egoista por estar en mis pensamientos Saúl en vez de Candy.
-¿Qué ocurre? -pregunta Ben. -Anda, ves a sentarte en el sofá, que yo voy a hacer los desayunos.
-¿Tienes los teléfonos de los padres de Marcos? -pregunto.
-¿Para qué? -pregunta confuso Ben.
-A lo mejor ellos saben dónde está Marcos y por ende Candy. -le digo. -Te recuerdo que tu novia no ha aparecido. -le intento refrescar la mente.
-Pero a lo mejor ya no está con Marcos, y para qué voy a alarmar a sus padres. -dice como si fuera obvia su idea.
-¿Tú crees que Marcos y Candy no están juntos cuando Amira les vio salir por la puerta a los dos y ninguno de ellos contesta al teléfono? -digo arqueando la ceja.
-Mira, vamos a hacer una cosa. -dice empezando a estresarse y quitando su faceta relajada y manteniendo la calma. -en cuanto salga de la Universidad llamo a sus padres. Aunque no creo que sepan nada, Marcos no se lleva muy bien con ellos.
-Bueno, por intentarlo no perdemos nada. -digo. -Pero estás seguro que tienes el móvil de sus padres ¿no?
-Lo voy a comprobar. Voy a por el móvil que lo tengo en mi cuarto.-asiento con la cabeza.

-¡Mierda! -maldice desde su cuarto. Oigo que baja deprisa las escaleras. -No lo tengo me mira y se coge el puente de la nariz con el dedo pulgar y el índice.
-¿Y no sabes de alguien que lo tenga? -pregunto. Él niega con la cabeza.
-Voy a ver si se me ocurre algo mientras preparo el desayuno. -dice.
Me trae el desayuno al sofá ensimismado en sus pensamientos.
-Ben, ¿Y tu madre no tiene el teléfono? -pregunto.
-Creo que sí. -dice pensativo. -La voy a llamar.

-Ya tengo el teléfono. -dice saliendo de la cocina. -cuando vuelva de la Universidad los llamo. Lo he dejado en el frigorífico con un imán. -Asiento.-Me visto y me voy que hoy entro antes que tú. -Sube a su cuarto pero antes que le de tiempo cerrar la puerta de su habitación llaman al timbre. Me levanto despacio y abro la puerta con mis pintas mañaneras. Veo a Saúl y a Douglas tras esta, y el corazón me empieza a latir tan deprisa que me da la sensación de que lo tengo en la garganta.
-¿Candy está aquí? -me pregunta Douglas serio.
-No, sigue sin aparecer. -digo con las piernas gelatinas tras la intensa mirada de Saúl.
-¿Y qué pensáis hacer? -inquiere Douglas.
-No te entiendo. -digo frunciendo el ceño.
-Sí, que qué vais a hacer, quedaros sentados a ver que pasa o qué. -dice Douglas con pesadez.
-Ben va a llamar a los padres de Marcos a ver si saben donde están, pero después de la Universidad.-le digo.
-¿Y por qué no ahora? -frunce el ceño.
-No sé, no quiere, a lo mejor para dar un poco más de tiempo a que Candy aparezca. Además, ya se va a la Universidad.
-¿Pero ya tiene el teléfono de los padres? -pregunta Saúl por primera vez desde que ha entrado.
-Sí, lo ha dejado apuntado en uno de los papeles del frigorífico para llamar en cuanto vuelva. -les intento tranquilizar.
-Oye Tatiana, ¿tú madre tiene apuntado el número de teléfono de los padres de Candy? -inquiere Douglas.
-Sí, pero de momento no vamos a llamar para no alarmarlos. -le digo.
-Ya ya, pero cuantas más personas tengamos su número, si ocurre una urgencia cualquiera lo puede llamar. -me dice. -¿Dónde está? -pregunta.
-Pues creo que lo tiene mi madre en un cajón del despacho que está en la última planta. -intento hacer memoria. -Espera, que subo. -me dirijo a las escaleras sin dar tiempo a que me responda.

Encuentro el papel con los números de teléfonos del padre y de la madre, los hago una foto con mi móvil y los dejo donde están. Bajo y Douglas apunta en su agenda del móvil los teléfonos.
-Gracias Tati. -me sonríe.-Voy a por un vaso de agua. -Yo asiento y mi corazón vuelve a acelerarse cuando me quedo con Saúl a solas.

Narra Douglas:
Entro en la cocina y en vez de hacer lo que la he dicho a Tatiana, voy hacia el frigorífico y me pongo a buscar el número de los padres del cabeza alcornoque ese. Me los apunto también en la agenda del móvil y con sigilo y de manera natural salgo de la cocina, mientras que Saúl despista a Tatiana besuqueándose, y me subo a su habitación.
Intento localizar la mochila de Candy, la que se dejó en la Universidad cuando desapareció, pero no la encuentro. <A ver Douglas, piensa como una tia desordenada pero que quiere aparentar ser ordenada. >-me dice mi subconsciente.
La bombilla se me enciende y veo posibilidades de dónde puede estar la mochila. Miro en el armario, pero con tanta ropa imposible de que quepa allí. Abro la maleta de Candy, pero lo único que veo es ropa interior suya, a parte de un par de compresas y un aparato de depilar. Me acerco al cesto de la ropa sucia pero nada. Me quedo mirando fijamente la cama, daba por hecho que abajo no está hueca, sino que hay otra cama, pero por curiosidad me acerco y ¡bingo! Nunca puedes dar las cosas por hecho.
Están ambas mochilas, la de Tatiana y la de Candy. Cojo la de Candy y busco en el bolsillo pequeño de esta. Encuentro su monedero, lo abro y lo cojo entero. Cojo mi móvil, veo la página de Internet en la que estaba y me dirijo al baño para terminar mi "lista de la compra". Cojo los dos objetos que me hacen falta y los pongo todos en mi mochila. Hoy no tenía pensado asistir a la Universidad.
Bajo las escaleras y me encuentro que ninguno de los dos están en el sofá, miro la hora en el reloj de mi muñeca izquierda y veo que me he demorado demasiado. Veo los mensajes de mi móvil y veo que tengo de Saúl y de Lissa. Abro el mensaje de Saúl.
Saúl (09:26): Douglas, he dicho a Tatiana que tú ya te habías ido, pero la he despistado y he conseguido dejarte las llaves en la mesa del salón. Cierra bien la casa y luego nos vemos para que me la devuelvas y se la ponga en su mochila. Ha estado a punto de descubrirte cuando ha subido a arreglarse en su habitación y coger su cartera porque estabas haciendo un poco de ruido en el baño. Gracias a que tienes un amigo como yo, que sino te pilla, me debes una grande. Me meto en clases.
Sonrío al leer el mensaje, es mi mejor amigo, pero es un capullo. Abro el mensaje de Lissa.
Lissa (08:13): Buenos días feo 😃. Espero que hayas dormido bien soñando con angelitos como yo 😏.
Lissa(08:14): Te recuerdo que hoy toca noche de ✌. ¿Pero en qué casa?😳
Lissa(08:14): Te tengo una sorpresa 💗Recuerda que te quiero😝😘
Tengo ganas de que llegue esta noche y estar con ella, es la única que sabe hacerme evadir de la realidad. Es tan parecida a mi en todos los aspectos que es por eso por lo que nos comprendemos tan bien. La mayoría de los chicos van detrás de ella de lo guapa que es, pero no saben que su personalidad es alucinante, en especial si está enamorada de ti, es verdad que es un poco insoportable con los demás, pero conmigo es totalmente diferente. Qué ironía me estoy preocupando por la chica que se peleó con mi novia el sábado.
La canción de Sutra suena indicándome que alguién me está llamando.

Utopía EncadenadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora