Capítulo 15

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-Digo, porque si es así, prefiero que me lo cuentes tú...-me interrumpe él.
-No te comas la cabeza, no es nada de eso.-me dirige la palabra por primera vez.
-Entonces afirmas que te pasa algo.-digo.
-¿Qué?-dice nervioso.-No, no me pasa nada, solo que no me apetece hablar y ya.-intenta zanjar la conversación.
-Es que no quieres hablar conmigo desde que desaparecí, no me has preguntado ni un Hola, ¿qué tal estás? -digo- Es que no me has dicho nada.
-Hola Candy, ¿qué tal estás?-dice repitiéndome de mala uva.
-No, así no.-digo con el ceño fruncido al no gustarme su actitud.- es que se supone que tú eras mi mejor amigo y por circunstancias de la vida acabamos saliendo, y ahora mismo no parece que seamos ni conocidos.-digo sacando lo que tengo por dentro.
-¡Pues a lo mejor ni lo somos!-dice enfadado yéndose rumbo a su habitación. Tatiana va detrás de él a su habitación, supongo que para calmarle o algo. Yo termino de ocupar el baño y me voy a la cama, sin contar con nadie más, estoy demasiado agotada como para comerme la cabeza con preguntas absurdas sin obtener respuesta por parte de él.
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(Domingo de esa semana)
Me preparo para ir a misa yo sola por primera vez desde que me pasó lo de Marcos, porque como Ben sigue apartado del mundo pues prefiero ir por mi cuenta, a no ser que él me pida lo contrario pero lo dudo mucho.
Salgo de casa antes que él, pero al bajar la cuesta del barrio de Tati, Douglas y sus amigos están en su portal. Iba a hacerme la loca pero como iba con tiempo y no he visto a Douglas antes para agradecerle lo que hizo por mi desaparición, decido torcer mi camimo e ir en su dirección, a pesar de que tenia el corazón a mil por hora a causa de la atenta mirada de él y sus amigos acercándome.
-Hola-saludo a todos por no ser maleducada. Ellos me devuelven el saludo.-¿Puedo hablar contigo?-miro a Douglas. Él asiente y se aleja para que pueda hablar con él. Estoy nerviosa y pienso mentalmente lo que le voy a decir antes de hablarle.
-¿Y bien?-me invita a que prosiga.
-Que mis padres me contaron cuando estaba en el hospital que fuiste el que más empeño pusiste por mi desaparición, lo cual me parece bastante extraño porque no nos llevabámos especialmente bien, aunque ahora con el que parece que no me llevo bien es con Ben-esto último lo añado por desahogarme-el caso, que muchas gracias porque en el momento que más lo he necesitado has estado ahí día y noche para ayudarme y a pesar de que no empezasemos con buen pie ,por mi, enterramos el hacha de guerra. Solo quería agradecerte el haberte molestado tanto por mi búsqueda, porque si no llega a ser por ti, y tardan tanto los policias en encontrarme no se qué hubiera pasado conmigo.-le doy un abrazo sin esperar que él me lo devuelva, pero es mi forma de agradecer y cuando me separo le doy un beso en la mejilla derecha y me despido- Adios Douglas.
-Espera-me pide-¿Qué tal estás?-me pregunta.
-Bastante bien, al salir del hospital me dio un bajonazo, supongo que te lo habrá contado Tati-él asiente con la cabeza-pero hoy es mi primer día en caminar sola por la ciudad y creo que los primeros pasos se me están dando bien-dejo escapar una sonrisilla nerviosa.
-¿Quieres que te acompañe a donde tengas que ir?-dice amablemente para mi sorpresa.
-Voy a la iglesia, no creo que me quieras acompañar a ir hacia allá.-digo.
-Bueno, yo no entraría eso está claro, sería muy hipócrita por mi parte, pero acompañarte hasta la puerta no me importa.-yo le miro detenidamente porque no parece él.-no me mires así-dice leyendo mi pensamiento-hoy me he levantado queriendo hacer obras de caridad-dice encogiéndose de hombros.
-Te agradezco que quieras hacer tu obra conmigo pero prefiero andar solita, no quiero depender toda mi vida de que alguien tenga que estar conmigo para poder salir a la calle.-le sonrio.-Bueno, adios.-me despido con la mano.
-Adios Candy, me despide de la misma manera.
Cuando me doy la vuelta veo a sus amigos atentos a mis movimientos y con una sonrisa pícara, ya que solo piensan en las conquistas que tienen los de su grupo.
En ese momento miro hacia atrás y veo a Ben caminando deprisa para ir a la iglesia con una mirada neutra mirándome a mi. Dejo que él pase por delante de mia por evitar la incomodidad de ir a la misma altura y ni hablarnos. Echo un último vistazo a Douglas y sus amigos que siguen analizando mis movimientos sin tener ninguna cosa mejor qué hacer y les despido con la mano, intentando ser amable a pesar de las cosas que me hicieron al principio de la Universidad.

Cuando voy llegando a la iglesia, veo como Hugo se saluda con Ben a la entrada de la iglesia, y cuando este último se iba a meter, Hugo me espera para saludarme.
-¡Candy! ¡Qué sorpresa! ¿Cómo te encuentras?-me pregunta simpáticamente.
-Bueno, bien, por lo menos voy mejorando.-sonrio.-¿Y tú?
-Yo tampoco voy mal, además lo estoy intentando con una chica ¿lo sabias?-inquiere. La información me pilla desprevenida.
-¿Quieres decir que tienes novia?-Él asiente- No, no lo sabia, la verdad.
-Pues si.-sonrie.
-¿Y se puede saber quién es?-pregunto timidamente por si no quiere decirlo.
-Es que no deberia de decírtelo yo, sino ella.-me dice.
-¿La conozco?-inquiero sorprendida. Él asiente.
-De tu grupo.-Abro la boca en símbolo de sorpresa.
-¿Amira?-digo por decir una.
-¿Cómo lo has sabido?-ahora el sorprendido es él, y mira a Ben.
-Lo he dicho a boleo, pero tambien es verdad que con ella tenias una amistad más especial que con las demás y la complicidad se notaba, sin eso es dificil que empieces a salir con alguien porque verdaderamente te guste.-digo lanzando una indirecta a Ben, ya que la nuestra se ha roto por completo.
Entramos a misa y Hugo me ofrece que me ponga con ellos, así que él se pone en medio. Una chica que tiene que tener más o menos mi edad, entra tarde y se pone en el hueco que hay a mi lado. Tiene la cara poco agraciada pero parece simpática.
En ese momento entra un chico y al ver su rostro me da un pinchazo en la tripa, volviendo a revivir momentos.

Utopía EncadenadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora