¡Oh, mierda!

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Marinette fue a encararlo como si hubiese hecho trampa en algún concurso importante. Tenía el ceño fruncido y los brazos cruzados a la altura del pecho. Nathaniel terminaba de utilizar las telas y guardaba lo que aún podía utilizarse.

—Hey.

Nathaniel dio un salto en su asiento, subió la mirada en donde Marinette y casi se encogió en su asiento. ¿Había tomado una medida mal?

—Explícame esto.

Le tendió su celular. El pelirrojo se encontró con la pantalla y un post. "Alya Césaire a publicado:
¿Adivinen quién ha salido de su oscuro hoyo? ¡Eso es! Nuestro inalcanzable Adrien Agreste se ha propuesto reconstruir su vida junto al amor de ésta. Si ven una cabellera pelirroja por la oficina no se atrevan a acercarse, él ya está tomado."

— ¿Es cierto?

Nathaniel no sabía si reírse por una exposición como esa o ponerse a gritar hasta encontrar a Alya y pedir una explicación. Prefirió reír. <<Ese bobo le debió de haber dicho.>> No llevaban ni un día de reconciliación y ya todos se habían enterado. ¡Genial!

—Si lo dice Alya ha de ser cierto.

Nathaniel le regresó el celular y se levantó, tenía que dejar las telas, por supuesto ignorando los rastros de lo que había hecho la noche anterior.

—Oh, con que lo dejes de nuevo, Nathaniel Rêveur, te juro te encontraré para matarte.

— ¿Eso significa que no importa que vuelva con él?

—Significa que lo cuides, nos seas un imbécil. Ahora, ¡vuelve a trabajar!

<<Bueno, eso está bien. Creo.>> Y Nathaniel fue a guardar las telas.

*<*>*

Cuando Adrien se vio acorralado por tres cabezas rubias supuso que tal vez había cometido un error. El sexteto de pares azules le miraban pidiendo una explicación. ¿Tal rápido sabían? ¡Apenas eran las cuatro de la tarde!

— ¿Se les perdió algo?

Elizabeth le extendió su tableta, mostrándole el post de Alya. Adrien lo leyó rápidamente y casi se rió. <<Vaya que es rápida>> se dijo. Pero eso no podía equivaler a algo malo, ¿no?

— ¿Es cierto? Adrien, ¿te estás metiendo con... Rêveur de nuevo? —Elizabeth se inclinó hacia él para darle énfasis en el apellido.

— ¿Por eso pediste el día libre por él? —Angie se metió en la conversación, empujando un poco a su hermana gemela.

— ¿Hizo eso? —Elizabeth no tenía idea, se volteó a ver a su hermana. Pero luego lo pensó mejor y fue a por Adrien en cambio—. ¿Hiciste... eso?

Ahora 'eso' tenía un nuevo peso y significado. Adrien no podía creer lo infantiles que aún seguían siendo, ¿no podían recriminarle como una persona normal, con toda la información en la oración?

Adrien dio un paso atrás, alejándose de todos ellos, con una sonrisa. Félix estaba detrás de sus hermanas, destacando por su altura. Adrien pensó que vería reproche en su mirada, o el claro comentario: '¿Cómo pudiste caer tan bajo?' Pero no estaba nada de eso. Sólo una ceja arqueada, queriendo saber si era verdad o no. Y ya. Adrien se metió las manos en los bolsillos de sus pantalones, como servia esa pose para que se viera como si no le importase lo que estaba diciendo.

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