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3 de Enero de 2019. Seúl, Corea del Sur.

4 días de la desaparición de Park Jimin.

—Se lo volveré a repetir una vez más señor Lee ¿está seguro de que no tiene nada que ver con la desaparición del joven Park? — Preguntó Taehyung desesperado

— Mire oficial, ya le dije mil veces que no, ¿Por qué querría hacerlo? — Habló con molestia.

—¿Quizá por su prometido? Usted no tiene un buen trato con el que digamos.

—Está bien, lo acepto, Jungkook no es de mi agrado y admito que disfruto de lo que le está ocurriendo pero como dije, ¡SOY  INOCENTE! yo no tuve nada que ver — Contestó por último el hombre.

El oficial Kim suspiró fastidiado e hizo una seña para que dejaran salir al hombre, se froto el tronco de su nariz y miró el expediente que tenía, por muy molesto que estuviera aquel hombre no tenía nada que ver. Tomó un marcador y tachó el nombre, reviso el siguiente en la lista y volvió a suspirar ¿En qué carajos se había metido Jungkook para tener tantas personas detrás de su cabeza?

Salió del cuarto y esperó a que el próximo sospechoso llegara,  mientras buscaría café o algo para tomar, su garganta se estaba secando.

— Ahh espero tengas mejor suerte que yo Jin — Suspiró el oficial mirando al techo.

Mientras el oficial seguía con los interrogatorios en la oficial de Choi todo iba de mal en peor.
El hombre se encontraba de un pésimo humor y ni que decir de su nuero, estaba que se lo llevaba el diablo, estaban preocupados pero sobre todo la frustración estaba reflejada en sus rostros, no importa que ellos hayan movido a sus hombres, ni que la policía estuviera buscando, vaya ni siquiera habían conseguido nada con los anuncios en la televisión, seguían sin noticias de Jimin.

—Señor Choi, sé que esto es terrible pero debe seguir firme, no podemos dejar que gracias a esto la competencia se aproveche, debe seguir siendo el gran y poderoso CEO — Dijo Jungkook.

—¿ACASO NO TE IMPORTA QUE LE OCURRA A MI HIJO? — Habló entre dientes.

—Señor lo amo con toda mi existencia pero recuerde algo, en el amor y en la guerra todo se vale, no importa que tan bajos sean los trucos de la competencia no vamos a permitirles el gusto de que lo vean caer — Respondió firme — El imperio que usted creo no puede destrozarse ante patético acto, usted es mejor que esto señor y Jimin es fuerte, estoy seguro de que no le ocurrirá nada.

El CEO se quedó meditando las palabras, era cierto que no podía caer después de haber llegado a la cima pero la vida de su hijo estaba en juego.

—Ahora compruebo que cuando yo no esté presente tú serás un gran empresario y estoy seguro de que mantendrás a mi hijo y mi legado seguros — Dijo con una sonrisa.

—Le agradezco señor, y si me permite debo arreglar unos asuntos, con permiso — Hizó una reverencia y salió de la oficina.

Avanzó hacia el elevador saludando algunas personas en el transcurso, estaba frustrado, él era el más afectado en eso, se habían llevado a la persona que más le importaba en su vida, después de haberse quedado sin nada él le dio una nueva oportunidad de vivir, de esforzarse y de llegar hasta donde se encuentra ahora, no podía estar tranquilo sabiendo que su razón de ser había sido secuestrado y lo peor por unos tipos de los cuales nadie sabía nada.

—Mierda — Dijo entre dientes golpeando la pared del elevador.

Salió y subió a su auto, arrancó y se dirigió al único lugar donde sabía que encontraría respuestas, odiaba ir ahí pero ¿quién más para conocer el bajo mundo que los propios habitantes?



× Sick Love ×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora