6

1.6K 212 29
                                    

Citas y rechazos

El timbre sonó al momento en que lo toqué, esperando que la puerta sea abierta.

— ¿Hola?—. Una Jihyo recién levantada abría, frotando sus pequeñas manitos en sus ojos. Llevaba un buzo gigante con un simpático osito en medio.

— ¿Se te olvidó que salíamos hoy?—. Preguntó Jimin con gracia observando a la pequeña.

— ¡JiMin!—. Jihyo cerró la puerta en la cara del mayor, para, seguramente, ir a cambiarse.

Como sabrán Jimin no tiene una gran memoria y recordar algo como una cita es un milagro, pero, en esta ocasión, Seokjin lo llamó esa misma mañana para avisarle que a las cuatro debería ir por la pelinegra, y es realmente irónico que quien se terminara sin recordar todo sea la pequeña.

— Ya, estoy lista, lo siento—. Jihyo salió completamente arreglada. Llevaba una falda color negro que era medio tapada por otro buzo gigante color crema y unas botas bordo la acompañaban con sus medias de flores.

— No pasa nada, ¿vamos yendo?— Jimin preguntó mientras intentaba recordar que tenía que decirle a Jihyo. Su teléfono vibró haciéndole saber que un mensaje le había llegado—. Espérame un segundo, ¿si?

— Por supuesto—. Jihyo le sonrió y Jimin tomó su teléfono para leer un mensaje de Seokjin.

Jin^^

Chimchim, recuerda que debes decirle a Jihyo que entre tú y ella no puede existir nada más que una amistad.

Visto√√

¡Tienes razón!
Gracias, Jin.

Visto√√

Ya, vámonos, pero antes debo decirte algo—. Jimin comenzó a jugar con sus dedos, nervioso.

— Dime—. La pelinegra le sonrió mostrando su blanca dentadura y achicando sus ojitos formando unas pequeñas arruguitas en sus costados.

— Bueno... Yo no soy del tipo que le gustan las chicas—. El peli rosa se sentía morir de vergüenza por no decirlo antes.

— ¿Eh? ¿No te gustan las chicas?— Negó Jimin ante su pregunta— ¿Le juegas al otro equipo?—. Las mejillas del chico se volvieron del mismo color de su cabello.

— ¡Jihyo!—. La pelinegra río divertida por la reacción.

— Oh, bueno, es una pena, eres un gran partido— Jihyo hizo un puchero que, a los ojos de Jimin, fue adorable—. Pero algo me decía que no le ibas a este lado.

— ¿Aún podemos salir?—. Preguntó tímido el abochornado chico.

— Sí, claro.

Ambos se dirigieron a un parque en donde tuvieron un mini picnic lleno de risas, gracias a las preguntas fuera de tono de la pequeña pelinegra. Cuando empezó a caer la noche, fueron a un lujoso restaurante en donde comieron como nunca antes, y finalmente Jimin llevó a la pelinegra a su casa entre risas.

— Debes avisarme en cuanto tengas a algún chico en la mira—. Jihyo iba hablando con Jimin sobre los alumnos del colegio y, por supuesto, esto generaba risas nerviosas en el de cabellos rosados.

— Te lo diré, no te preocupes—Jimin rió, y luego saludó a la pequeña e intercambiaron números—. Descansa.

— ¡Tú igual, Jiminnie!

Mala Memoria|Kookmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora