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Traumas

— ¿De nadie? ¿Estas segura que no necesitas ayuda de nadie?— NamJoon observaba a la pequeña girar su cabeza para mirarlo desafiante.

— Acabo de decir que no, yo puedo cuidarme sola y hacer todo lo que sea necesario sin la ayuda de nadie y menos de un hombre, por cierto ¿Quien demonios eres? Se defensa personal— El peli morado se carcajeo y eso sólo logró poner roja de la furia a la castaña.

— Bien tranquila, soy Kim NamJoon pequeña— La miró tranquilo observando cada una de las facciones de la castaña. Era realmente ruda por dentro pero adorable por fuera.

— Pequeña tus bolas pendejo— Se defendió la chica matando con la mirada al alto— Yo soy Kim Na Hee— sentenció la castaña.

— ¿Te pregunté?— Enarcó una ceja divertido viendo cómo las orejas de la bajita se ponían tan rojas como su rostro.

— Cierra la boca, solo quise ser respetuosa contigo— Se cruzó de brazos la castaña e hizo un imperceptible puchero.

— ¿Respetuosa? Creo que no fuiste eso ni desde el principio de la conversación— NamJoon no abandonaba su semblante divertido, no podía evitarlo, la castaña le alegraba mucho y era algo realmente bonito a su parecer— Mira, ahora no tengo mucho tiempo para discutir, sea el lugar que busques dime y así podré ayudarte.

— Bien, solo lo haré porque no tengo ganas de perder más el tiempo— Na Hee, le pasó la dirección que estaba en un papel arrugado a NamJoon. Claramente ella estaba buscando una casa que no estaba tan lejos de hecho.

— ¿Estas bromeando verdad?— Ella lo miró con pura confusión, no entendía porque el tipo le estaba preguntando eso, era claro que no estaba bromeando. NamJoon suspiró y señaló una calle— ¿Ves esa calle? Debes seguirla unas dos cuadras más derecho, no gires en ningún lado, solo sigue derecho, luego de que ya pases las dos cuadras, si este papel no está mal, de la mano izquierda estará tu destino pequeña— Na Hee asentía efusivamente a cada palabra del alto, hasta que la llamo por eso mote que tanto le molestaba.

— Te dije, que no me dijeras pequeña— Gruñó la castaña y NamJoon solo se encogió de hombros.

— De nada, y por cierto, no me dijiste que no te diga así, solo comentaste que lo pequeño aquí serían mis bolas, pero no sabes cuánto te equivocas en ello— La bajita se puso roja nuevamente, pero algo decía que no era de furia, o tal vez sí. Luego de unos minutos ella se dió la vuelta y siguió el camino que el peli morado le señaló, susurrando un "gracias" y levantando una mano en el aire como despidiéndose.

El peli morado, volvió a suspirar y siguió su camino con una tranquilidad envidiable.

•••

— Hola~— Canturreo un alegre pelirrojo llegando a su "amado hogar". Fue a su cuarto cambiando su ropa por unos pantalones de chandal y una remera holgada. Se dirigió a la puerta del cuarto de YoonGi para ver si este estaba dispuesto a abrirle— Gatito ¿Sabes que no puedes estar encerrado para siempre verdad?

Maldiciendo YoonGi solo se propuso a sí mismo a contestarle desde adentro, aunque tuviera que gritar, no quería ver al pelirrojo ahora y menos porque sabía que en la cara del otro había una gran y deslumbrante sonrisa.

— No me llames de esa forma Kim, sabes que soy capaz de quedarme aquí tanto como sea necesario— Se hizo una bolita en su suave y cómoda cama, rememorando toda la discusión y rezando para que HoSeok no haga nada alocado.

Mala Memoria|Kookmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora