Introducción

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Odiaba verlo así de furioso porque sabía que el tendría que pagar por ello. Pero sobre todo odiaba la relación que estaba obligado a mantener.
Sabía que ese chico no lo amaba, que solo lo quería tener para que nadie más estuviese con él, era celoso, controlador, muy impulsivo a veces, manipulador y sobre todo un maldito matón abusivo y aprovechado.
Claro que eso ya no era amor, lo había descubierto y entendido perfectamente, pero ya no podía hacer nada; cuando había querido romper la relación y alejarse su novio, éste se había enfurecido tanto que había logrado mandarlo al hospital por la cantidad y fuerza de los golpes que le dio. Y además haber tenido que mentir a los médicos sobre esa paliza, debía soportar a su novio actuar y tener detalles románticos para compensarlo, pero aún cuando lo detestaba se limitaba a sonreír fingiendo que eso le gustaba con tal de no enojarlo.
Así fue hasta que salió del hospital y tuvo que mentirle al decir que ya no quería separarse, y desde entonces nada había cambiado prácticamente...


Su espalda choco contra la pared causándole dolor luego de trastabillar y caerse por el empujón tan bestia de Jeremy.   

  — Ca-cariño lo siento —intentó decir aún desde el piso mirando con miedo al mayor.

  — ¿¡LO  SIENTES!? —grito Jeremy furioso tomándolo de la remera obligandolo a ponerse de pie nuevamente. Estuvo a nada de estampar con fuerza su palma contra la mejilla del chico, pero se contuvo antes de soltarlo y volver a hablar:— ¡Eres un estúpido e inutil! ¡Por tú culpa no pude cogerme a esa putita!

Casi que el pánico se apoderaba de él, pero aunque tuviera tanto miedo, intento por sobre todo calmar a su novio.

  — N-no quería interrumpir. De-de verdad no sabía cielo-...

  — ¡Cierra la puta boca! —grito de nuevo el rubio, esta vez no tan fuerte. Y sin medirse mucho volvió a empujar a su pareja de tres años. 

Vio como el menor caía de nuevo sobre el piso, esta vez choco casi todo su cuerpo y quedo recostado  con los codos sobre el suelo mirándolo con un inconfundible miedo en los ojos, probablemente rogando porque él no lo golpeara. Tuvo que respirar para relajarse antes de sentarse en la cama viendo a su novio casi con desprecio.

  — Lárgate —ordeno con asco mirando a otro lado—. ¡PERO YA!   

Escucho a Daniel levantarse del suelo y salir del cuarto apresuradamente cerrando la puerta tras de si.


Los golpes de su novio siempre dolían... Dolían mucho y le dejaban marcas que tardaban en irse.



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[[ N.A: okay, esta historia había quedado en hiatus xD pero decidí continuarla y poder publicarla uwu.
Originalmente nació mientras veía un vídeo sobre las relaciones tóxicas de AFTER y también sobre clichés en personajes; y se me ocurrió que podía intentar cambiarlos de roles. Que el chico bueno y perfecto fuera el villano maltratador, y el "chico malo" no fuera un idiota molesto y pasara a ser el heroe podría decirse.
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Save me... [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora