Por unos minutos se sintió nervioso mientras esperaba a Nikolai en la fuente de la entrada del enorme lugar. Allí habían quedado y al parecer había llegado con unos minutos de anticipación según su celular.
— ¡Daniel! —llamo el mayor acercándose por la derecha con una sonrisa en el rostro.
EL tintineo de las caderas del jean cesaron una vez que el más alto se paró a su lado, con una remera de calaveras y un abrigo que parecía de motociclista. No pudo evitar sonreirle y levantarse de su lugar para darle un pequeño abrazo y un beso un la mejilla a modo de saludo un poco más intimo.
— ¿Llegue tarde? —pregunto el contrario acomodándose con una mano el cabello oscuro, casi presumiendo su corte de cabello nuevo.
— Nah, yo llegue unos minutos antes —le dijo negando suavemente antes de sonreirle más ampliamente.
Adoraba pasar tiempo con él. Y con calma empezaron a caminar los dos por el lugar paseando, mirando lo que exhibían en los diferentes locales mientras hablaban.
— ¿Así que te diste ya tu regalo de cumpleaños eh? —dijo Dan girándome hacía el con las manos en los bolsillos.
— Oh si~, mis felices veinte años —dijo en tono presumido antes de reír—, me compre una Harley modelo 2015. Es un preciosura, toda negra y reluciente.
— ¿Puedo verla? —pregunté con un leve deje de emoción al oírlo.
— Mejor te doy una vuelta en ella —dijo Nikolai animado, codeándolo suavemente antes de guiñarle un ojo—. Adivinaste Dani, saque mi licencia de una vez por todas.
Entre risas y pequeños empujones amistosos por parte de ambos siguieron hablando, paseando por todo el lugar unas horas más y entrando cada tanto a algún que otro lugar a curiosear bien que era lo que había. Y cuando no tuvieron nada más por recorrer y el hambre empezó a hacerse presente, Neeks le mostró su espectacular motocicleta nueva, contándole animado y muy emocionado a Daniel como era que la había conseguido, cuanto había pagado y un montón de otros detalles mecánicos que el contrario realmente no entendía mucho, pero por verlo tan animado lo insitaba a seguir hablando; le gustaba oírlo así.
— Por esta vez ponte tu el casco, debemos conseguirte uno —dijo pasandole el objeto al chico detrás de él una vez que se hubieron subido ambos.
— Eres el mejor Neeks —dijo animado y obedeciendo al pedido. Se colocó el casco y lo ajusto antes de agarrarse del torso de su amigo.
Al ruso no le molestó mucho sentir los dos brazos del chico rodear su abdomen, de hecho le pareció bastante agradable, y pensó en que podría buscar más excusas para que siguiera abrazándose así a él mientras arrancaba la moto y se dirigía sin prisas a una cafetería buena que solía visitar con sus padres y el contrario cada tanto. Aunque por su parte, el latino hubiera aceptado cualquier excusa sin importar que tan mala fuera a para seguir abrazándolo así.
Los dos disfrutaron todo lo que duro el viaje calmo de como mucho quince o veinte minutos antes de llegar; y al igual que para subir, Daniel tomo la mano de Nikolai para ayudarse a bajar devolviendo el casco negro. Espero que el mayor atara la moto con candado y, luego de eso, entraron a la cafetería estando uno cerca del otro, pero sin tanta cercanía como la que tendría una pareja.
[ . . . ]
Una mesa cómoda con sillas enfrentadas al lado del ventanal que daba a la callé, charlas como sonido de fondo junto con algo de música relajante, un letrero de wifi gratuito a los clientes y dos cafés con dos sanguches tostados de queso y jamón. Eso fue un pequeño descanso de todo el recorrido y les dejo charlar más cómoda y calmadamente sobre todo tipo de cosas.
El único problema fue cuando estaban por irse...
Mientras el menor tomaba su abrigo para colocarselo, vio cerca de la puerta una espalda demasiado conocida; casi se puso palido y las manos empezaron a temblarle mientras tartamudeaba demasiado bajo para que fuera correctamente entendible las simples palabras "es él".
Sabía que debía respirar y calmarse, no estaba solo, no estaba desprotegido, él no era vulnerable; pero todo eso se sentía una mentira para aliviarse, como si Jerey pudiera venir de golpe y apoderarse de él.— Daniel Daniel cálmate —dijo el ruso girando su cuerpo para que lo viera a los ojos y tomándole ambas manos—, Dani shhh... Cálmate. Respira, respira ¿Si? Solo respira, éstas bien, estas donde necesitas estar, lejos de él. Estoy aquí. Respira.
Hizo un intento por controlarse y empezar a respirar lento y calmado logrando relajarse un poco y volviendo a girar, él no era Jeremy, solo se le parecía desde atrás. Y mientras lo miraba aliviado de que no fuera su pesadilla, vio como una chica atractiva entraba a darle un beso y luego ambos se marchaban de la cafetería.
Se sintió más aliviado todabía.
— ¿Estas mejor? —preguntó el veinteañero algo preocupado, fijando sus preciosos ojos en los del chico.
— Estoy bien —lo relajo el moreno sin soltarle las manos—, lo siento.
— No lo sientas —le contesto Nikolai de forma calmada besando su frente antes de soltarle y pasarle su abrigo—, no hay de que disculparse.
— Eres mi mejor amigo Neeks —dijo tomando el abrigo.
Y después de unas sonrisas cómplices y un intercambio significativo de miradas, ambos volvieron a donde estaba la moto con la intención de ir a alguna plaza o algo para seguir disfrutando de su salida a gustos.
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Save me... [TERMINADA]
Teen FictionDaniel Morales se supone que es un chico normal de dieciséis años; sus padres se mudaron desde Argentina a Estados Unidos cuando él era pequeño, pero aun así lo latino corría en sus venas y se reflejaba en él varias veces. Pero el problema estaba en...