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Daniel deseo más que nunca no haber bebido ese domingo por la tarde.

La cabeza le dolía a mares, aún se sentía algo mareado e incluso su propia respiración se sentía como una turbina, sin embargo y para peor todo su cuerpo dolía demasiado, pero lo más preocupante era que mayormente le dolía todo el culo. No podía recordar casi anda de lo que había pasado luego de que comenzara a beber ya que sus recuerdos estaban difusos, pero suponía que de seguro su novio se había aprovechado de lo fácil que se había emborrachado por tanta insistencia a tomar para cogérselo, y claro que no había sido amable.

De todas formas se tomo algo para el dolor e intento sobrellevarlo hasta, al menos, la mañana del día siguiente.

[ . . . ]

Al igual que cada lunes y cada día de su aburrida vida, su rutina matutina se repitió antes de que ambos partieran a la escuela. Sin embargo... las cosas ese lunes se sentían un poco más extrañas, y Daniel no podía evitar sentirse incomodo.
Mientras caminaba por le pasillo podía sentir absolutamente todas las miradas sobre él, veía a algunos señalarlo (y unos más disimulados que otros), incluso algunos se burlaban; pero aunque no entendía que pasaba, solo se limito a tomar sus cosas con rapidez y dirigirse a la clase intentando ignorar a todos.

La clase de historia fue la más horrible y molesta en la lista de clases horribles de su vida. Todo el rato oía murmullos sobre él a pesar de los constantes retos de la profesora por callar a todos, le tiraban papeles que decían cosas no muy agradables sobre que era un puto de mierda y no dejaban de hablar de él. Eso no hacía más que ponerlo nervioso, no entendía que pasaba ese día con todo el mundo o porque él era el objetivo de todas las burlas hoy, porque lo llamaban putita barata, ni porque decían lo que decían sobre él cuando no había hecho nada. Pero una pequeña parte de su mente decía que todo tenía que ver de seguro con esa condenada fiesta y con lo mucho que se había embriagado.
¡Por amor de dios! Ni si quiera sus propios compañeros se le querían acercar y lo evitaban!. Todo se sentía como un caos, y él estaba perdido y confundido entre ese caos.

Al menos hasta que una de las chicas que recordaba estaba en la fiesta se acercó a él con una expresión de mofa riéndose en su cara.

  — Tú si que eres una zorra ¿No? —dijo ella riendo junto con sus amigas. Las mismas que recordaba haber saludado esa noche.

  — ¿De que hablas? —preguntó confundido, sosteniendo un par de libros de su siguiente clase en la mano, mirando a la pelirroja con extrañeza.

  — De la fiesta putito —dijo ella con obviedad tomando su celular, y luego de unos pocos segundos un vídeo empezó a escucharse de risas y varios comentarios antes de que ella girara la pantalla para dejárselo ver—, no sabíamos que eras tan ruidoso y fácil.  

Apenas vio de que iba el vídeo se congelo en su sitio con una expresión que ya no era confusión... Pudo ver a través de la pantalla del táctil como era a que su novio estaba echado encima de él en el piso besándolo y manoseándolo, él estaba completamente ebrio y perdido, pero deseo no haber visto más que eso simplemente, aunque el vídeo apenas comenzaba. Pronto demás miembros del equipo de fútbol también lo besaban, lo tocaban, a veces se dejaba y otras intentaba defenderse; y con varias risas y comentarios de todo tipo empezaron a desnudarle mientras él intentaba oponerse o solo reía como idiota soltando lo que intentaban ser oraciones coherentes. Y de repente esa imagen cruda y real de lo que había pasado después de todo, él intentaba negarse, pero su novio y un par más lo sometían mientras se turnaban sobre quien lo cogía por un lado y quien por el otro sin importarle lo mucho que estaba gritando y su expresión de dolor con lágrimas y todo.

No pudo consigo mismo.

Tuvo suerte de que sus rodillas no flaquearan y lo tumbaran, pero sus brazos si lo hicieron. Los pocos libros que tenía en brazos se desplomaron por el piso mientras retrocedía lentamente bajo las risas burlonas de las chicas diciendo que toda la escuela había visto el vídeo entre otras cosas. Pero lo único que pudo hacer fue echarse a correr en huida horrorizado oyendo la campana que indicaba el inicio de clases.

Dejo de importarle a cuantos chocara en el camino, o cuantos se riesen de él o le dijeran cosas, lo único que podía hacer era correr dejando incluso su mochila abandonada el el camino luego de que esta cayera de su hombro izquierdo por chocar de lado a una chica. Se metió al baño de hombres temblando y se encerró en uno de los cubículos con la cara empapada en lágrimas derrumbándose contra la puerta ya cerrada y frente al inodoro.
Solo podía tapar su boca temblando y sin fuerzas mientras las lágrimas le caían por la cara y las imágenes del vídeo se reproducían una y otra vez en su cabeza, atormentándolo más de lo que Jeremy lo había hecho en sus tres años de relación.










Save me... [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora