Anna

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La expectativa de California es sol, palmeras, playa. Pero cuando llegamos estaba lloviendo, y digamos que a los pegasos no les gusta estar mojados.

Cuándo al fin tocamos el piso los pegasos salieron volando y nos abandonaron. Malditos. Cómo sea, no podíamos estar bajo la lluvia mucho tiempo porque podíamos enfermarnos y eso no iba a ser bueno.

Así que fuimos de un lugar a otro buscando un hotel o motel que no fuera tan caro, porque digamos que en ese momento teníamos escasos recursos.

Al final encontramos un pequeño hotel sin piscina que cobraban 10 dólares por habitación. Así que tendríamos que dormir todos en un mismo cuarto, yo dormiré en la bañera. Me gusta la bañera.

Cómo sea, Annabeth fue a recibir las llaves y todo el papeleo, cuando la mujer que está atendiendo a Annabeth me resulta muy familiar. La había visto en algún lado..... Boom. Un recuerdo llegó a mi memoria. Anna, así se llamaba esa mujer, espera......¡¡¡Anna!!! ¡No lo podía creer! ¡Era Anna! ¡Era obvio que era Anna, su cabello rubio claro, sus ojos negros!

Me acerqué a dónde estaba Annabeth, y sin ningún aviso grité.

—¡¡Anna!!

Ella me miró y enseguida me reconoció, sus ojos se sorprendieron y en un estado de sorpresa absoluta y shock preguntó.

— ¡¿Beth?! — yo asentí y ella sonrió.

— ¡Beth! ¡Cómo has crecido! — ella salió de atrás de la recepción y me abrazó.— ¡No puedo creerlo!

— ¡Anna! ¡¿Qué haces aquí?!

— Bueno, al fin conseguí un trabajo decente y aquí estoy. .

Comenzamos a hablar de cosas como: "¡¿Cómo has estado?!, ¡¿Qué cuentas?!, etcétera", Annabeth y mis demás amigos me miraron raro. Es decir, uno ya no puede saludar a alguien que no ha visto en años porque lo miran raro.

— ¿Nos harás un descuento y por eso se están abrazando? — preguntó Leo mientras tomaba un vaso con agua.

Los miré.

— Chicos, les presento a Anna. Ella vivía con Rogger y conmigo hace años, pero un día se fue diciéndonos que quería trabajar y conocer otros lugares. A mí y a Rogger nos costó superar su partida— cerré los ojos y sonreí—, ¡pero ahora ella está aquí!

Comenzamos a abrazarnos y a dar saltitos cuando llegó un señor barbudo con aire de jefe. Supongo que  era el jefe de ese lugar.

— ¿Qué está pasando aquí? — preguntó sereno.

Anna se separó de mí, y le dijo.

— Sr. Angostos Theos, necesitamos darles una habitación grátis.

— ¿Grátis? ¿por qué?

— Son semidioses.

Mis amigos que habían comenzado  a entender recuperaron sus caras de confusión. Y yo también me gane mi propia cara de confusión.

—¿Anna? ¿Cómo lo sabes? — pregunté tratando de no desmayarme.

— Desde que te conocí lo sabía, recibimos una carta anónima que decía que eras hija de Hera. Primero no lo creíamos pero cuando creciste un poco, vimos que podías controlar a animales pequeños, cómo ratones. Entonces lo creímos.

— Anna, ¿por qué hablas en plural? — pregunté con un poco de miedo.

— Rogger también lo sabía. — Piper y Annabeth me agarraron para que no me cayera, ¿Rogger lo sabía? ¿por qué no me lo había dicho?

Piper me sentó en una silla, después sacó su  katropis y la pudo en el cuello de Anna.

— ¿Qué eres? — preguntó Piper gruñendo.

Anna sin perder su sonrisa contestó.

— Solo soy una simple mortal— Anna seguía sonriendo, su sonrisa que antes  me parecía tranquilizadora, ahora me daba miedo. Anna señaló al hombre —, pero él no es un simple mortal.

Piper rápidamente hizo lo mismo que hizo con Anna, pero ahora con el señor.

— ¿Qué eres?

— Mi nombre es Agnostos Theos, mejor conocido cómo el dios desconocido.

— ¿Un dios? — Piper bajó su arma.

— Solo por el hecho de ser semidioses les daré una gran habitación.


El señor nos dió una habitación increíble, televisores, comida, y muchas camas. Después el señor se fué.

— Cada quien va a elegir su cama.

— Yo elijo la bañera. — me dirigí al baño, cerré la puerta, me metí en la bañera y me quedé viendo al techo.

Comencé a pensar: Rogger sabía que yo era peligrosa, pero no me dejó sola. Él me cuidó todo esos años, el sabía que le podía pasar algo por mí culpa, pero aún así se preocupaba por mí ¡Eso sólo hacía que me sintiera más culpable! Comencé a llorar hasta quedar dormida.


Me despertaron los ruidos de alguien golpeando la puerta del baño, me levanté y la abrí. Era Leo.

— Lamento despertarte a media noche, pero necesito pasar al baño.

— Claro. Pasa, perdón.

Salí, el entró y cerró la puerta.

Después el salió.

— Ya puedes volver a dormir. Oye has estado en la luna, ¿estás bien?

— Leo — lo miré a los ojos— ¿y si no encontramos a Rogger? ¿y si lo encontramos demasiado tarde? ¿que pasará si lo pierdo?

Leo me agarró el hombro.

— Lo encontraremos, te lo prometo.




Bueno, este fue un capítulo medio Random pero Bueno. ¿que les pareció?

La hija de HeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora