Leto

1.6K 125 5
                                    

Estábamos viajando en carretera. Llámamos a nuestros animales, y lo que fuera el robot de Leo, pero no llegaron. Así que fuimos en carretera.

Leo puso la radio, y eran canciones tristes y deprimentes. Cambio el canal y eran canciones de desamor. Cambio el canal y eran las noticias, pero lo malo es que la reportera estaba dando las noticias sobre un homicidio. Así que Leo apagó la radio. Sabia decisión Leo.

Cómo sea, ya llevábamos mucho tiempo en carretera, habíamos salido de California a las 6 de la tarde y en ese momento eran las 9 de la noche. Y obviamente estaba oscuro, obviamente estábamos callados,y ¡obviamente no era normal ver a una mujer parada en medio de la carretera!

Leo piso los frenos y por poco mató a la mujer. Todos nos miramos de la una manera confusa. Entonces, Leo decidió bajar la ventanilla.

— ¡Señora, ¿se encuentra bien?!

La mujer empezó a reír de una manera sádica y malévola.

— Sube la ventana, súbela, súbela.— le dije a Leo, y eso fue lo que hizo.

— Tenemos a una señora loca enfrente de nosotros, así que no podemos avanzar. ¿Qué hacemos?

Instantáneamente todos besos volteamos a ver a Annabeth.

— Ya va siendo hora de que ustedes tomen las decisiones ¿no creen? — se escuchaba que seguía molesta por lo que le pasó a Piper. Seguía molesta por mi culpa

Percy le tomó la mano.

— Mira, yo soy el más tonto aquí, pero de una cosa estoy seguro de una cosa: tu eres la chica más inteligente que he conocido en toda mi vida, ¿ayudarías una vez más a este tonto que siempre necesita de tu ayuda?

— Siempre. Entonces, ¿qué les parece si...? — Annabeth no pudo terminar su pregunta porque una flecha atravesó la ventana del auto y acabo rozándome la cabeza, cortando un poco de mi cabello.

Salimos del auto. Era obvio que dentro o fuera del auto ella nos atacaría.

— ¡¿Quién eres?! — pregunté.

— ¡Hija de Hera! ¡Al fin te conozco!

— ¡Mi nombre es Beth!

— Mucho gusto— ella hizo una reverencia— Mi nombre es Leto.

— ¿Eres otra amante celosa de Zeus?

— Querida, yo sí era una amante de Zeus, pero la celosa era tu madre. ¡Ella me humilló!, ¡hizo que tuviera a mis hijos en un estado deplorable! ¡odio a Hera, te odio a tí! — su antes sonrisa malévola se había convertido en una mueca más malévola aún.

— ¿Hijos? — pregunté por lo bajo a Annabeth.

— Leto es la madre de Apolo y Artemisa.

— Ah, gracias.

Volteé a ver a Leto, quien en ese momento tenía un arco en sus manos listo para disparar. Ella obviamente me apuntaba a mí, porque yo era lo más cercano a Hera. Cada día tengo más razones para amar a mi madre.

Bueno, justo antes de que ella disparará, dos luces cegadores aparecieron de la nada. De esas luces salieron dos personas: un chico y una chica.

Leto bajo su arco para correr y abrazar a esas dos personas.

— ¡Mis niños! — cuando dijo eso, supuse que ellos eran Apolo y Artemisa. Así que ellos eran sus hijos, pero por alguna razón ellos no correspondían el abrazo de su madre.

— Madre...— dijo Apolo, separándose de ella junto a Artemisa.

— ¿Me puedes explicar todo esto? — preguntó Apollo con un poco de desesperación en su voz.

La hija de HeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora