Shhhh

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Otra vez me va volví a despertar gracias a los golpes en una puerta. Ya uno no puede dormir en la bañera porque lo molestan.

Cómo sea, abrí la puerta del baño. Todos estaban despiertos mirando la puerta principal desconcertados. Supongo que ellos no piedieron servicio a habitación.

Me dirigí a la puerta con pasó firme y ví por el hoyito de la puerta. Lo que ví fueron a muchas personas golpeando la puerta, esas personas tenían los ojos dorados. Estaban poseídos, y lo único que decían era: "Hera", "Hija de Hera", y "venganza". Volteé a ver a mis amigos.

— Chicos, debemos salir de aquí.

— Por la ventana.— Sugirió Leo. Todos asentimos.

Agarramos muestras cosas y justo antes de que nosotros saliéramos por la ventana, Anna entró por esta.

— Abajo hay una Jeep negra lista.—le lanzó las llaves a Leo y en los profundo de sus ojos lo ví gritar de emoción. Después Anna me volteó a ver. Su mirada fría y firme que tenía en ese momento, se convirtió en una maternal al verme.

— Se que no te he dicho muchas cosas, te oculte quién eras cuando estaba a tu lado y lo siento. Pero ahora tienes que sobrevivir, por mí y por Rogger.

— No se a qué me enfrento, así que muy probablemente no sobreviva, pero lo intentaré.

Ella me lanzo una cuerda. Me sonrió y me dijo.

— Si quieres saber a qué te enfrentas pregúntale a tu madre.

— ¿Por qué no me lo dices tú?

— No sería divertido.— miró a los demás— cuiden de ella porfavor.

Me alarme.

—¿Por qué eso suena a despedida? — le pregunté siendo un poco paranoica. Ella solo sonrió.

Lo demás sucedió bastante rápido, bajamos por la ventana por la cuerda, y Leo encendió la Jeep. Al parecer Leo sabía manejar.

Comenzamos a platicar sobre cómo podríamos contactar a Hera. Obviamente no volveríamos a Nueva York, y obviamente Annabeth nos dió la respuesta ¿Qué haríamos sin Annabeth? Se supone que debíamos contactar a Hermes. Annabeth hizo algo, y apareció Hermes afuera del coche. Yo bajé la ventanilla.

— ¿Qué quieres? — preguntó él fastidiado.

— Llévale esto a mi madre.— le entregué una nota que decía: "¿Por qué nos atacan almas?" .

— Volveré pronto, o tal vez no.— después desapareció.

Entonces decidimos pasar el tiempo en la Biblioteca Green. Al llegar, Leo fue a la parte de Mecánica, Percy fue a la parte de Criaturas Marinas, Annabeth fue a la parte de Filosofía, Piper fue a Psicología, y yo fuí a la parte de Mitología.

Comencé a caminar entre los estantes. Mitología egipcia, Mitología Nórdica, y Mitología griega. Comencé a leer los títulos. Odisea, La Guerra de Troya, Heracles y otros héroes, etc, etc, La Isla Ogigia, etc, etc. Espera, ¡¿Isla Ogigia?!, ¿esa no era la isla dónde vivía la novia de Leo? Agarré el libro.

Era un libro de menos de 10 páginas, parecía un instructivo. Lo leí muy rápidamente y estas decían la descripción según Odiseo, hablaban de la ninja que vivía allí, y los intentos de localización. Se decía que se pensaba que estada en algún lugar del piélago Atlántico, otras que estaba cerca de Marruecos, otras que estaba cerca de la isla de Gozo, o con la corfiota Otohonoí. El libro me pareció muy interesante así que decidí llevármelo, y con "llevármelo", me refiero a robarlo.

— Oye...— me llamó una voz. Me sobresalté y me di la vuelta.

Suspiré aliviada.

— Hermes...¿mi nota ya tiene respuesta?

— Si, toma.—me dió otra nota. Yo la agarré.— ¿Sabés lo difícil qué es ir de un lugar a otro dando mensajes?

— No— respondí honestamente. Rogger siempre me decía que la honestidad era muy importante. Él, al recibir mi respuesta, se esfumó. Literalmente.

Leí la respuesta, y lo único que decía era: "He atormentado muchas almas" ¿Esa era su respuesta? Era obvio que ella había atormentado a muchas almas, ¡me estaba atormentado hasta a mí!

Salí de las estanterías con un mal sabor de boca, estúpida Hera. Me paré en la entrada de la biblioteca y grité.

—¡¡Vámonos!! — recibí una mirada de odio de la bibliotecaria, y muchos "shhh", pero al final todos mis amigos aparecieron.

— Recibí la respuesta de Hermes y no me gustó.— Salimos de la biblioteca.

Les conté la respuesta de la celosa. Y comenzamos a caminar sin rumbo. Cuando de la nada Annabeth se detuvo con los ojos como platos. Al parecer tenía una idea.

— ¿Annabeth? — preguntó Piper.

— Creo saber a lo que se refería Hera.






Lamento subir capítulo a estas horas pero en la noche es cuando tengo tiempo. Buenas noches.

La hija de HeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora