-¡Princesa!
-¡Tair! ¿Como es que habeís llegado tan rápido?, salisteis del palacio...
-Es una larga historia - dijo Zul sonriendo.
Serpient se había desvanecido, allí dentro era mas vulnerable de lo que creía, sus reflejos habían fallado al prevenir una puerta, podía ocurrir igual con una espada si se quedaba allí.
-Fayer, ¿puedes prender las cadenas?
-Si, eh.. Zul. Pero quiero que alguien me explique que pasa aquí. Además tardarán un rato en fundirse...
Mientras hablaban Natura había cogido un gancho que llevaba en el pelo y había conseguido deshacerse de las cadenas. Entonces se levantó y se dirigió hacia la puerta.
-Vamos
-Pero ¿como?...¿que?
-Viejos truquitos que Serpient no tiene en cuenta.
Los chicos se miraron confusos y siguieron a Natura que hizo lo mismo con Aidil, y salieron apresuradamente.
La princesa y Tair subieron a lomos de Zul ; Aidil y Fayer se transformaron y fueron tras ellos corriendo.
-«Vaya, que poca duración tiene el hechizo».
Zul hizo el comentario pero nadie le escuchó, aunque tampoco le importó mucho.
-Zul, tu puedes viajar a la velocidad de la luz, llévanos fuera de Negal.
-No, mi espada, la tiene Serpient, es el único arma que puede matarle. Y el Yax de Fayer, lo necesita.
-«Yo le llevo princesa».
-Vale Aidil, me voy contigo.
Natura se puso de pie encima de Zul y saltó a lomos del pegaso gris. Justo cuando se sentó entraron en el salón del trono.
-Zul, Tair y Fayer, id a la Tierra y buscad a el aprendiz de Bet. Vive en Valencia, arriba de la clínica. Él curará a Tair. ¡Nos vemos!
El grupo se separó. Dos unicornios cargando un humano salieron por el portón del Palacio, sin ser detenidos. Al pisar tierra de pueblerinos el unicornio pelirojo dio un salto y cayó sentado encima de Zul transformado en humano. Cuando el caballo sintió el peso de los dos chicos viajó casi a la velocidad de la luz hasta los portales.
Aidil pasó del galope al trote para escuchar las indicaciones de Natura.-Princesa, ¿dónde buscamos?
-No hace falta buscar, se donde la tiene.
Natura se cogió de las crines del pegaso y lo guió de vuelta por el pasillo. Pasaron por delante de las mazmorras, llegaron a la sala de los túneles y cogieron el de su derecha siguiendo por él hasta llegar a un nuevo salón. Una mesa con deliciosos manjares estaba en medio y detrás, en la pared del fondo habían tres puertas diferentes. La primera tenía dibujada la silueta de un semidragón (le faltaba un ala). En la del medio habían dibujadas unas extrañas flores y la última era una cortina.
Natura saltó de Aidil antes de que el pegaso gris parase de correr. Se dirigió decidida a la puerta del medio pero se giró antes de entrar.-Ni se te ocurra comer nada. Es una trampa.
El pegaso se quedó dando vueltas a la mesa mientras que Natura subía los 207 escalones de la torre.
Cuándo llegó arriba la torre se ensanchó el doble. La chica se apoyó un momento en la pared para recuperar el aliento. Enfrente de ella había una puerta con el mismo dibujo de las flores. Natura frunció un poco los labios y se quedó un momento inmóvil mirando la puerta, al final suspiró y la abrió. No le extrañó nada que la puerta de la habitación de Serpient no estuviese cerrada, él quería que ella entrase.Al pasar el marco un fuerte olor a azufre recibió a Natura. En la habitación había una ventana, un armario pequeño y una cama. La chica corrió hacía el armario y empezó ha arrastrarlo. Poco a poco aparecía una brecha en la pared lo suficientemente ancha para caminar tranquilamente. Natura avanzó por dentro de la pared si preocuparse de volver a colocar el armario en su sitio.
Después de algo más de un minuto de camino apareció ante la chica una sala circular con un alto techo abovedado.Una risa amarga sonó por la habilitación.
-Princesa - dijo la voz en off de Serpient - Me ha molestado mucho que huyeras de mi acogedora mazmorra.
-¿Que quieres de mi, Serpient? ¿No puedes existir sin arruinarle la vida a alguien?
-No, ya lo sabes, soy la muerte, siempre habrá alguien que llore por mi causa. Ha veces haces preguntas que no son propias de ti, princesa.
Natura miraba hacía arriba pero no consiguió distinguir a Serpient por ninguna parte. Ella había estado allí antes, cuando sus diferencias no afectaban a su relación, cuando él decidió enseñarle su castillo y su preciada habitación secreta. Allí nada era real pero tampoco ficticio. Era un lugar en el que sabías que te esperaba un gran mal pero que debías aceptarlo porque tarde o temprano pasaría, era implacable, si no se admitía cualquier tipo de ser se volvería loco. Aquel lugar te hacía sentir y solo pensar en la muerte, que va ha suceder, pero no sabes cuando. A ella no le afectaba esa magia pero aquella habitación le producía escalofríos y aquello a Serpient le encataba.
-Yo tan solo quiero tu cumulo de poder.
-Jamás, te advertí Serpient. Cuando yo estaba trabajando para hacer todo lo que conoces tu te dedicabas a destruir una por una mis criaturas. Por eso soy más poderosa que tu (bueno, ahora no) y por eso no te voy ha dar mi cúmulo de poder.
-Me temía que dijeras eso, así que te he preparado un jueguecito.
Si lo superas te puedes marchar, si lo fallas me entregas el pegaso que has dejado en el comedor. No te pido la flor porque se que tendré oportunidades mas divertidas para arrevatartela.-¿Y si no lo hago?
-Ya he exterminado una especie hoy, no me importaría hacer desaparecer otra - la voz se río.
-Te odio.
-Lo se.
De repente, delante de Natura apareció una gran montaña de espadas idénticas a Destino.
-Si encuentras la tuya ganas y sino....pierdes.
Natura empezó a buscar dándole vueltas a la montaña. La chica notó un pinchazo en el gemelo y un líquido caliente que le resbalaba hasta el tobillo. Se miró la pierna ensangrentada y soltó una maldición al ver que había sido el filo de Forjalmina el causante de la herida.
-Tramposo.
-Lo siento princesa , pero no son trampas, no te he dicho que te fueras a ir de rositas. Tan solo te lo he puesto difícil.
Natura no le dio importancia y siguió buscando a Destino.
Todas las espadas eran tan nuevas y relucientes...¡Claro! La verdadera Destino ya había combatido en muchas batallas y estaba vieja.
La vio en la cima de la montaña. Una espada de pomo dorado (sucio y rayado) con un largo y fino filo (picado y con muescas). Escaló ágilmente sin cortarse con ningún filo y la envainó. Dando un salto volvió ha estar en el suelo, sin recordar su herida, y de poco cae por el fallo de su pierna, salió de allí cojeando. La sangre empezó a ensuciar el suelo de los escalones de la torre y Natura empezaba a marearse.
Montó a pelo encima del pegaso y se dirigieron corriendo a las puertas del palacio.
Cuándo pasaron por delante del Yax la princesa alargó el brazo y lo cogió, poniéndolo en su regazo.-«La puerta esta cerrada» -Dijo Aidil menguando la velocidad.
Natura abrió los ojos lentamente, estaba muy mareada pero vio que así era.
-Confia en mi, sigue corriendo.
Aidil siguió corriendo y cerró los ojos esperando un impacto que nunca llegó. Las puertas se abrieron por arte de magia y salieron a galope fuera del castillo.
-«Pero como... »-Aidil estaba confuso.
-Será malvado, pero cumple su palabra -dijo Natura mirando hacía el castillo, luego perdió el conocimiento.
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Fantasy
FantasyNatura y Serpient son los responsables del Universo pero el equilibrio se está rompiendo y la existencia, la vida y la muerte están en riesgo.