Capitulo 5: Hermes y Valentín

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-¡Rosas marchitas! Hermes, me había olvidado completamente, soy horrible. - Natura se levantó de la camilla rápidamente para dejarle sitio a Hermes.

Hermes era, en su forma original un dragón de plata de 53 años. En su forma humana la piel era de un blanco grisáceo lo que hacia que la sangre de la espalda pareciese mas roja. Su pelo gris parecía liso pero ningún cepillo habría logrado peinarlo.

Valentín dejó al hombre en la camilla y se limpió las manos con un trapo. Dejó espacio para que Bet pudiese inspeccionar mejor la espalda de Hermes poniendose al lado de Tair.

-¿Y tú quien eres?- preguntó Tair.

-Mi nombre es Valentín, Reino del Fuego, experto en colocar trampas.

Se dieron la mano.

- Yo soy Tair, guía de la princesa...

- Dejaros de cháchara y traedme la sangre de la princesa. 

Bet señaló sin mirar un pequeño tarro donde había guardado una muestra de la sangre de Natura. Tair cogió el tarro y se lo dio al Vetting.

-¿Que? ¿Me has sacado sangre?

-No majestad, la sangre ya estaba fuera. 

-Ten cuidado Bet.

Y cuando todos menos se lo esperaban hizo que Hermes se bebiera una parte de la sangre del tarro.

-Puaj, eso debe de tener un sabor terrible. - Dijeron Tair y Valentín casi al unísono.

-Hombre gracias, que amables sois chicos - dijo Natura con ironía.

-Tardará unas semanas en reponerse del todo. Puede que ya sea demasiado tarde.- anunció Bet.

Natura se sentó en un sillón de la clínica suspirando. Cerró los ojos y apoyó la cabeza en la pared.

-¿Que vamos ha hacer ahora? Serpient cree que estoy muerta y ahora él tiene más poder que yo. Fui muy imbécil al dejar solo a Hermes en la furgoneta. Ha perdido demasiada sangre.
Por cierto, ¿cómo lo encontraste?

Valentín se encogió de hombros, no esperaba que aquel dragón iba ha ser tan importante en la historia de Fantasy. Conocía a Bet desde hacía unos años y llevaba a su clínica a criaturas heridas, normalmente por trampas enemigas. Nunca imaginó que un día salvaría al mensajero de Fantasy y vería a Natura, la historia del rescate no le parecía suficientemente interesante como para la situación que había.

- Iba paseando por fuera del aeropuerto, de pronto empezó a salir gente y me olí que pasaba algo malo. Cuando logré entrar te vi salir corriendo de la furgoneta. Antes de entrar en el aeropuerto echaste la vista atrás y supe que quedaba alguien en la furgo. Los secuaces de Serpient habían ido en pos tuya así que el vehículo estaba libre. Entré y lo desencadené. Vine y os encontré.

-Vaya, sorprendente.

Tair empezó a impacientarse, sus padres siempre habían dicho que, cuando llegase el día, Natura tenía que viajar rápidamente a Fantasy, antes de que Serpient llegase.

-Princesa, debemos ir a Fantasy. Puede que Serpient no haya notado tu vuelta .

Natura se quedó cayada meditando una decisión hasta que lo tuvo claro.

-Debemos, pero necesitamos ayuda. Bet, voy a reunir Elementos.

Natura miró con decisión al Vetting y a él se le iluminó el rostro. Solo habían habido elementos una vez en toda la eternidad y no fue él el encargado de entregarle los objetos a la princesa. Le llenó de orgullo que él fuera el elegido tras haber estado custodiando los objetos desde que tenia 20 años. Recordó el día en que la princesa se acercó a él con una hermosa caja entre las manos y le pidió que la protegiese hasta dar el último aliento o hasta que fuese imprescindible. Bet se sintió extraño por ser feliz sabiendo que la princesa le pedía la caja porque el Equilibrio estaba en juego, pero no lo podía evitar.

-Por usted, majestad.

Bet cogió un papel y escribió "¿hiva?" y se lo entregó a Natura. Ella escribió "boi" y se lo devolvió al Vetting. Era la confirmación de la decisión de la princesa.

Bet sonrió y salió de la habitación. Tair y Valentín se habían quedado parados contemplando la escena sin saber de qué iba. Bet volvió unos segundos después con una caja de madera polvorienta en el regazo. Dio un soplido a la tapa y el polvo salió volando dejando ver una inscripción. Las letras eran doradas y seis símbolos estaban dibujados bajo de ellas. Natura abrió la caja impaciente y le brillaron los ojos al volver a ver su contenido: una taza, una armónica, un mechero, una piedra, una bombilla y una hoja de pino llenaban la caja.

Con la misma cara que antes Tair preguntó que qué eran.

-Son objetos puros y mágicos, menos el mechero, él tan solo crea Yaxs. Esconderé estos objetos en sus respectivos mundos. Aquel ser que encuentre uno de ellos será digno de ser Elemento de la Naturaleza. Los más observadores los verán pero solo los más puros de corazón los alcanzarán. Ahora si podemos volver.

-Pero el portal está cerrado.

-No estés tan seguro Tair, seguidme.-y Natura salió de la clínica en dirección al portal.

************

Los cuatro fantasianos tardaron muy poco en llegar al portal.
La princesa se colocó delante del muro del callejón, pero a una distancia de dos metros de la pared. Lanzó su espada, que volvía ha estar en el cinturón del vaquero, y esta se clavó de lleno en el muro. Natura presionó a Destino hacía abajo y se abrió una brecha en la pared, por ella, no muy costosa mente, pudieron pasar la princesa y Tair.                                                                                   Bet prefirió que él, Valentin y Hermes se quedaran en la Tierra para ver la evolución del enfermo, si empeoraba irían a Fantasy.

***********

Natura y Tair aparecieron en un claro lleno de hierva, flores y algún que otro árbol. Detrás de ellos estaban los tres portales que creó Natura al unirse la Tierra y donde desde los cuales podías llegar a cualquier portal colocado en el otro planeta.                                                                             Si te fijabas bien en el horizonte, al sur de Fantsy, se podía ver un pequeño brillo blanco, un diamante colocado en la punta mas alta del palacio para guiar a cualquier fantasiano perdido. A su derecha tenían la Barrera y a su izquierda, a varios kilómetros, el mar. El sol casi se había puesto y la Barrera se había tornado de un color anaranjado. Desde donde estaban se podían ver y diferenciar todos los reinos, incluido los ríos y el bosque. Se encontraban a mucha altura y el camino descendía por la montaña sinuosamente, preparado para que cualquier ser lo pudiese recorrer.

- Es tal y como la recordaba - Natura estaba emocionada.

- Bueno, yo no puedo decir eso, yo nunca he estado aquí.

-¿Nunca?

-No, mis padres ya vivían en la Tierra.

-Y por esa razón me encontraste.

-Si, mis padres descubrieron quien eras, pero al verte mi madre tubo una visión, predijo que la profecía no se cumpliría. Intentaron tenerte vigilada hasta tu decimotercer cumpleaños pero murieron hace 4 años. Desde entonces he sido yo el encargado de cuidarte y de guiarte en caso de que mi madre tuviese razón. Y por desgracia así fue.

- Lo siento mucho, Tair.

-No te preocupes, supongo que ya lo he superado.

-De acuerdo, cuando tenga tiempo te enseñaré toda Fantasy, te lo prometo. Pero ahora hay que llegar a mi casa, ¿puedes llevarme tú a palacio? Aún no me puedo transformar, hasta que Hermes no se recupere del todo yo no volveré a tener mis poderes.

- Por supuesto princesa, para eso estoy aquí.

- Perfecto, transfórmate y me subo a tu lomo.

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