Capitulo 13: Escape

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Natura se despertó. Tenía la mejilla izquierda fría y el hombro entumecido por dormir en una mala postura. Miró el reloj, asustada, apretando a un botón del lateral para que se iluminarse la pantalla. Se tranquilizó al descubrir que tan solo había estado media hora dormida, eran las 17:52. Aún tenía tiempo de encontrar a los Elementos del Agua y la Vida, si no es que ya no podía recuperarlos. La magia de la pulsera se había anulado al pasar la barrera, era una magia demasiado débil como para soportar las fuerzas de Negal.

Se levantó del suelo y palpó en busca de la pared. Al encontrarla empezó ha avanzar por la sala, o ha retroceder, en realidad no lo tenía muy claro.

-¿Aidil, donde estás?

Giró una esquina y escuchó un ruido no muy lejano, seguido de unas palabras y la aparición de una pequeña luz intermitente.

-Cuéntame todo lo que has leído en ese libro...

Era la voz de Serpient. Y sonaba dentro de la mazmorra. ¿Qué haría él allí?

-Ya te he dicho que no se nada. Por favor, aparta la espada de mi cuello. Casi no puedo... respirar.

¡La voz de Aidil! Estaba en peligro.
La princesa no se paró a meditarlo empezó ha avanzar hacia la luz decidida, el chico la necesitaba. Y chasqueó un dedo.

**************
Tair empezó a soltar maldiciones y alaridos.

-¡Bombillas rotas! ¿Estas bien, Tair?

-No

-Vaya, nadie me había respondido negativamente a esa pregunta...-dijo Zul.

-Me he roto los dos tobillos dentro de un castillo gobernado por la Muerte. Y estoy pringado de petróleo. ¿Qué respuesta esperabas?

El chico rubio se encogió de hombros y ya no dijo nada más. Entre Zul y Fayer cogieron a Tair y empezaron a andar. A los tres pasos los chicos estaban agotados y Zul se transformó en unicornio iluminando el cuerno. Con ayuda de Fayer el herido logró montarse al caballo.

-Buena idea, pero apaga el cuerno, si nos descubre Serpient nos mata.

Zul buscó una salida moviendo la cabeza sin haber hecho caso a Tair. Cuando encontró un pasillo se dirigió hacia él trotando.

-¡Zul!

El unicornio se asustó un momento pero enseguida supo porque Tair le había gritado, no era una advertencia sino una regañina. El cuerno empezó a perder intensidad hasta que se apagó completamente.
Entraron en el pasillo, Tair encima de Zul y Fayer tras ellos, agarrado de las crines de la cola, para no perderse.

Caminaron durante un buen trecho en silencio y en línea recta hasta que la punta del cuerno en forma de rayo de Zul tocó una pared. Con su ayuda Zul buscó la continuación del túnel y giró por una cerrada curva hacia la izquierda. Cuando la cola desapareció tras la curva el unicornio se volvió humano. Tair y Zul acabaron en el suelo y Fayer tropezó con ellos.

-¿Pero que estás haciendo?- Tair preguntó y luego intentó aguantar el dolor de los pies.

-No tengo ni idea, me he convertido involuntariamente. -Zul fue a preguntar de nuevo como se encontraba pero, debido a la respuesta anterior, prefirió quedarse callado. 

-Habrá sido un hechizo - dijo suavemente Fayer mientras se levantaba.

-¿Qué tipo de hechizo? No conozco ninguno que haga esto.

-Seguramente ha sido un hechizo invertido. Hay un hechizo de magia negra que anula los poderes, así que no podrías transformarte en humano porque tu forma original es de unicornio. Luego también hay semihechizos anuladores que te dejan con la forma que tienes cuando lo recibes, ese es el que nos echó Serpient cuando nos raptó. Este es una cosa parecida. Un hechizo de anulación invertido, no puedes transformarte en tu forma original y te conviertes en el ser más débil en el que te hayas transformado. Una buena defensa para castillos.

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