Capitulo 10:Atrapados

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La princesa había salido a galope encima de un unicornio marrón seguida de otro unicornio rubio y de crines ocres.

-No os preocupéis, el Reino del Fuego no es tan malo como la gente dice, no al menos para vosotros.

-«¿Porqué para nosotros no, princesa?»

Tair le habló por telepatía pues los caballos no pueden pronunciar sonidos como si de un humano se tratara.

-Vosotros perteneceis a reinos amigos del fuego, mas o menos, la piedra o roca resiste las llamas y calor y como el fuego desprende luz también es amigo del Reino de la Luz.

-«¿Y si entrara uno del Reino del Agua?»-Esta vez fue Zul quien habló.

-Moriría al instante, un Fantasiano del Reino del Agua solo puede aguantar hasta 100C° y después muere. El Reino del Fuego está a mucha mas temperatura.

El suelo comenzó a hacerse negro a cada trote que daban y empezaba a hacer mucho calor. Las cenizas revolotean a su alrededor y la vegetación empezaba a desaparecer.

En el Reino de la Luz habían comprado algo de comida, lo suficiente como para quitar el apetito. Natura la había rechazado amablemente para que los chicos tuviesen más. Durante todo el viaje los unicornios habían ido rumiando un trozo de pan duro, con la cabeza gacha para no atragantarse.
Cuando alzaron la cabeza apareció el Reino del Fuego custodiado por el gran volcán.

Al llegar a la plaza principal de la ciudad todo el mundo los observaba, sabían que eran extranjeros. Zul iba vestido completamente de blanco, Tair llevaba puestos unos vaqueros largos y una camiseta. Natura vestía unos corsarios y una camiseta verde con una fina chaqueta.
Ellos tres despuntaban entre los seres del reino, los cuales iban ataviados con escasa ropa, camiseta de tirantes y pantalón corto.

-¿Y como lo vamos a encontrar entre tanta gente?

Los unicornios volvían a ser humanos.

-Buena pregunta Tair, pero eso tiene solución.

La princesa se ató la chaqueta a la cintura, dio un paso al frente y silbó.
De pronto entre toda la multitud apareció una llamita de fuego azul oscuro y...con patas.

-Esto es un Yax. Fue el "objeto" que escondí en este reino, solo lo puede ver aquel que lo encontró y no creo que ande muy lejos.

Y en efecto, al poco rato apareció un chico alto y musculoso buscando el Yax, pero era demasiado diferente al resto de habitantes. Él era pálido, iba muy cubierto con ropas negras y sus ojos eran...

A Natura le recorió un escalofrío por la espalda, era él. No comprendía como conseguía atravesar la Barrera sin que ella lo detectase, como lograba mantenerse firme en un reino que derretía un lago helado en cuestión de segundos y luego lo evaporaba. Él tenía ya demasiado poder, cada vez era mas fuerte y ella aún no tenía todos sus poderes.

- Vámonos, rápido.

La princesa empezó a empujar a los chicos entre la multitud. No le gustaba nada el presentimiento que se había apoderado de ella.

-«¿Como es posible que sepa que sigo viva?, ¿como es posible que haya pasado la frontera?,¿ como me ha descubierto?...»

De pronto un grito de terror hizo que la princesa saliera de sus pensamientos y se enfrentara a la realidad.
Los habitantes del Reino del Fuego corrían en todas direcciones para esconderse en sus casas y así no ser tocados por Serpient. Una mujer tuvo mala suerte y al pasar corriendo para huir Serpient la rozó, cayendo muerta al instante. Serpient notó su muerte y se llenó de regocijo, en cambio Natura notó un doloroso pinchazo en las plantas de los pies. Durante todo el tiempo que había pasado en Fantasy desde su vuelta había sentido dolor en los pies. La princesa no lo soportó más y se quitó las zapatillas, no tenía poderes pero si las consecuencias de estos.
La plaza quedó vacía y en absoluto silencio. Zul y Tair se habían escondido pero ella se había quedado rezagada el deshacerse de las zapatillas y se quedó parada en medio del lugar. Natura estaba de espaldas a Serpient y sentía como él se iba acercando.

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