Trabajando con la Serpiente

Encuentros Forzados

No cabía en su asombro. Malfoy había irrumpido en su habitación y en contra de lo que cualquiera se hubiese imaginado Hermione solo sintió nerviosismo. Obviamente debía deberse al tiempo que hacía que no veía al slytherin y el impacto que ello conlleva.

Con pluma en mano empezó a escribir.

"Querido Harry, escribo desde mi nueva habitación. Por fin estoy instalada. Tengo tantas cosas que contar que no sé por donde empezar.
Espero que te esté yendo genial en la formación de auror. Estoy segura que saldrá a la perfección.

Por aquí hay movimiento pero todavía no hemos empezado a trabajar.
Cuando tenga mas novedades te las haré saber.

Con mucho cariño te quiere
Hermione Granger. "

En cuanto cerró la carta y se la ató a Hedwig soltó un suspiro de anhelo, porque todo aquello se parecía demasiado a Hogwarts y vivirlo sin sus amigos le iba a costar.
Añoraba sobretodo a Harry, Neville, Luna....y a Ron aúnque su relación se hubiese enfriado por parte del pelirrojo. Ya que después de la negativa de Hermione quiso poner tierra de por medio. Acto que la castaña respetó.

Miró el horizonte por donde la lechuza surcaba el viento. Y deseó con todas sus fuerzas poder ver a Ginny a menudo. La menor de los Weasley se incorporó al trabajo. Puesto vacante que dejó la castaña al ser ascendida.

Nadie supo lo mucho que se alegró Hermione al saber de tal noticia, pues tener a su mejor amiga cerca le iba a hacer bien.

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La tarde iba acercándose y tanto Draco como Hermione se encaminaron hasta el gran salón que había en el castillo. Vieron una gran mesa redonda donde se preguntó si todos los residentes cabrían.
Y como no, por arte de mágia estaban perfectamente numeradas. Cada husped tenía el mismo número que su habitación y Hermione bufó al saber lo que eso significaría.

Con un palpable nerviosismo miró hacia todos lados buscando una cabellera platinada y es cuando dió con el chico.
Se encontraba hablando con dos chicas posiblemente de su misma edad. Se podía intuir que babeaban por el slytherin.

En cuanto la mirada gris se posó en ella, inmediatamente Hermione apartó la vista. Notó las mejillas sonrosadas y se reprimió tal acto hasta el punto de enfadarse consigo misma.

Tenía unas ganas tremendas de mandar a la mierda al chico por haber irrumpido en su habitación horas atrás pero aguantó sus ganas en cuanto un olor característico y tremendamente sensual se apoderó de sus sentidos.

—¿Admirando las vistas? —soltó con desdén mientras se acercaba a la chica. Hermione trató de no mirarle en absoluto mientras se posaba junto a su silla seguida de Malfoy quien tenía el número 3.

—No hay mucho donde admirar Malfoy —contestó aguantando sus ganas de largarse de allí —¿Y tu? ¿ya has encontrado alguna chica a la qué emborrachar?

Se maldijo internamente en cuanto soltó aquello, tanto que Draco pudo notarlo, a lo que sonrió sin poder evitarlo.

—¿Celosa Granger? —contestó mientras se sentaba junto a ella —te diré que no me hace falta emborracharlas, se meterán solas en la cama —cada palabra iba remarcada con un deje de sensualidad que Hermione jamás había visto en el chico.

La gryffindor sonrió con despreocupación sabiendo lo que el rubio intentaba. Ponerle nerviosa.

Y aúnque parecía que lo estaba consiguiendo, ella no caería en esos estúpidos juegos.