Trabajando con la Serpiente

La Poción Sensitiva: Parte II

Hermione bufaba cada vez que podía, intentando no pensar demasiado en la dichosa poción, la jornada estaba pasando tranquila aunque algo en su interior se retorcía adelantándole que algo iba a entorpecer aún mas el día.
No supo que le dio mas rabia, si sentir los labios de Malfoy sobre los suyos y que no le disgustase un ápice o que le enervase el hecho de lo que lo sentía porque él lo estaba haciendo con Ashley.

No era la primera vez veía besarse a sus compañeros y aunque nunca fue plato de buen gusto tampoco le parecía un tormento. Hasta ahora.
Sobretodo porque ella misma había rozado los labios del rubio horas atrás en aquella oscura sala. Todavía debía meditar sobre lo que habían hecho, aunque parecía que al chico no le había importado en absoluto.
Recordar lo acontecido hizo que Hermione se estremeciese en un escalofrío. Sabía que no debía entrar en el juego del slytherin pero algo dentro de ella pedía exactamente lo contrario.

Quizás porque le tentaba demasiado el juego en el que se estaba adentrando.

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Era mediodía y con ello los trabajores se preparaban para bajar a comer. La chica no tenía apetito pero quiso despejarse saliendo de su ministerio ,de modo que se dirigió a su sala común para buscar un jugo.
Cuando llegó a dicha estancia vio a Tom leyendo sentado en el sofá.

—¿Día libre eh? —dijo contenta.

Tom absorto en la lectura no se había percatado de la castaña hasta que se posó al lado de él.

—Hey Hermione —saludó cerrando el libro —¿cómo estás? se te ve mejor.

Hermione volvió a sonreír al moreno. En lo poco que llevaba trabajando en el Ministerio lo consideraba un buen amigo, alguien con quien poder contar en momentos como los que estaba viviendo.

—De momento no ha habido movimiento —hizo el gesto de comillas con las manos en un toque gracioso.

—Perdoname, no me imagino como debe ser sentir todo lo que otra persona siente.

—El problema no es ese —aportó la chica sentándose a su lado —el problema es que la otra persona que se tomó la poción fue Ashley.

Ambos rieron contentos ante el comentario de la chica.

—Bueno, espero que puedas perdonarme la imprudencia.

Hermione se quedó mirando al moreno con ternura, verdaderamente lo estaba pasando mal con aquel error.

—No hay nada que perdonar, a cualquiera nos podría haber pasado Tom.

El moreno se quedó mirando a la chica atontado mientras poco a poco iba acercando su rostro al de ella. Demasiado despacio pero perceptible para ella.
Su cerebro le dio la orden de alerta y antes de que pudiese hacer nada una voz hizo que Tom se tirase hacia atrás todo lo que se había acercado.

—Vaya, la pareja feliz —soltó jocoso Draco desde arriba de las escaleras mientras adoptaba una mueca de asco.

Tom bufó de pura frustración, pues pensaba que había ganado terreno con Hermione. Y ahora aparecía quién él creía podía arrebatarle todo lo caminado.

—¿Te molesta? —contraatacó el moreno mirándole ceñudo.

Draco fue bajando tranquilamente cada escalón con esa dejadez pero a la vez sensualidad que le caracterizaba.

—No, en absoluto —atactó nuevamente acercandose al sofa donde reposaban los chicos -pero debo hablar con Granger.

Acabó diciendo mientras apoyaba ambos codos en el cabezal del sofá, justo detrás de Hermione. Quién inquieta se revolvió en el mismo con tal de separarse pues notaba al rubio pegado a su nuca.