Trabajando con la Serpiente

Volviendo a la Realidad

Las horas pasaban, la noche trazaba su rumbo y Hermione no supo como sentirse. Se encontraba en la cama del rubio. Con muchas preguntas y pocas respuestas.

Todavía podía notar el mareo y recordar con ello el incidente con Michael le hizo estemecer. Porque nuevamente había puesto demasiadas esperanzas en alguien que solo quería aprovecharse de ella.

Suspiró de pura frustración mientras se removía en la cama. Se sentía culpable, culpable porque Malfoy estaba durmiendo fuera gracias a su borrachera.

Sin poder remediarlo se levantó de la cama y abriendo la manecilla de la puerta pudo verlo. Draco estaba durmiendo plácidamente en el sofá y aunque parecía cómodo a nadie le agradaba dormir en un sofá.
Con cautela fue acercándose al dormitado chico y sin saber muy bien que hacer se quedó observando como unos finos cabellos caían por su frente despeinados, dándole un toque mas rebelde y a la vez humano.

Se quedó mirándole por lo que habría parecido una eternidad, creía conocer a Draco Malfoy. Y lo creía fielmente hasta justo esa noche.
No quiso propasarse con ella, no quiso dar un paso en falso y eso hizo que Hermione se cuestionase demasiadas cosas.
Intentando borrar esas sensaciones agradeció oír pasos detrás de la puerta principal, supuso que eran sus compañeros. Y justo en el momento en el que Tom abría la puerta con dificuldades y reía tontamente Draco abrió los ojos alterado.

Se quedó mirando a la gryffindor justo a su lado y después devolvió la mirada a la pareja de acaramelados que eran Tom y Ashley.

—Venía a advertirte de esto —susurró Hermione mientras se daba la vuelta para no presenciar como la rubia le metía mano al moreno.

—Por Merlín —bramó Malfoy levantándose de golpe —que barbaridad.

Y sin más dilación agarró a Hermione de la mano y le atrajo consigo hasta su habitación. La chica se dejó hacer porque sabía que ambos debían huír de la efusividad de la pareja de amantes.

Una vez dentro de la habitación ambos se quedaron mirando sin saber muy bien que hacer. Hermione empezó a notar tenso el ambiente de modo que intentó cortarlo.

—En cuanto se vayan puedo pedirle a Tom su llave y me voy a dormir allí —dijo intentando excusarse a sabiendas que el rubio no quería compartir cama con ella.

Draco pareció meditar las palabras de la gryffindor por un momento. Sopesando su tentadora propuesta.

—¿Cómo va el mareo? —preguntó evadiendo las palabras de ella.

—Mejor, gracias —contestó sin quitarle los ojos de encima.

_Duérmete —ordenó mientras le señalaba la cama *es demasido tarde.

—Pero tú...

—Por hoy habrá tregua Granger —soltó mientras se acomodaba en la cama con suma tranquilidad —solo por huír de estos dos.

Hermione se quedó atónita mientras veía a su enemigo ignorarla mientas se acostaba. Por un segundo se sintió estúpida por no ser capaz de acostarse a su lado sin que un nerviosismo acudiese a su sistema automáticamente.
Tratando de no parecer todo lo nerviosa que ya estaba se acomodó junto al chico.

No era como la noche anterior, Malfoy ahora estaba en sus cinco sentidos y podía decirse que se habían besado unas pocas horas atrás. Además por iniciativa de ella.
Intentó separarse lo máximo del slytherin básicamente porqué sabía que el chico no quería dormir allí y lo hacía por fuerza mayor.

No hablaron, no dijeron más allá que unas miradas fugaces para ver que hacía el otro.

Los minutos parecían pasar como si fuesen horas y Tom y Ashley estaban haciendo demasiado ruído en la gran sala.